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Actualizado: 15 de mayo de 2025


Pero ¿qué es esto... qué pasa? por caridad... señora... por compasión, Ana... no ve usted que tiemblo como una vara verde.... Yo no soy un juguete.... ¿Qué pasa... qué debo temer...? Ayer ese hombre estaba borracho... él y otros pasaron delante de mi casa... a las tres de la madrugada.... Orgaz le llamaba a gritos: «¡Álvaro! ¡Álvaro! aquí vive... tu rival... eso decía, tu rival...» ¡la calumnia ha llegado hasta ahí!...

Velázquez sonriendo procuró calmarle; pero cuanto más pacífico se mostraba, más se crecía el anciano, hasta el punto de que, temiendo que se propasara á vías de hecho, el señor Rafael, que era el menos borracho de todos, hizo seña al guapo de que se fuese.

El anciano salió sin saber lo que se hacía, como un hombre borracho. Erró por las calles hasta la noche. Hacia las diez sintió hambre. Montó en un coche y se hizo conducir al club. Estaba tan cambiado, que el señor de Sanglié casi no lo reconoció. ¿Qué mala hierba ha pisado usted? le preguntó el barón . Tiene usted la cara trastornada y parece que va a caerse. Siéntese y hablaremos.

Porque la vanidad, el demonio de las mujeres «de mundo», la poseía de pies a cabeza; y por eso, solamente era devota y benéfica en cuanto sus actos pudieran lucir en honra y gloria de sus humos de aristócrata acaudalada, y se dejaba arrastrar sin resistirse hacia las fauces del monstruo que la fascinaba, como el borracho contumaz hacia el lento suplicio de la taberna.

¿No lo dije yo? -dijo oyendo esto Sancho-. que no estaba yo borracho: ¡mirad si tiene puesto ya en sal mi amo al gigante! ¡Ciertos son los toros: mi condado está de molde! ¿Quién no había de reír con los disparates de los dos, amo y mozo? Todos reían sino el ventero, que se daba a Satanás.

Si permanecía muda y con aquellos ojos que infundían espanto, era porque las almas en pena no pueden mirar de distinto modo. Afirmado en esta creencia, no experimentó sorpresa alguna cuando, en la noche siguiente, al regresar ebrio de su cafetín, tropezó con la enlutada y su niño cerca de la casa. Por segunda vez se quitó el sombrero, gangueando sus palabras con una amabilidad de borracho.

Y abriendo la verja del coro, entró en él con una decisión que paralizó al campanero. El zapaterillo, con su aspecto de borracho taciturno, fue el único que le siguió. ¡El pan de mis hijos! murmuraba con lengua estropajosa . ¡Quieren robarlos...! ¡Quieren que sigan pobres...!

Acabó de cenar Sancho, y, dejando hecho equis al ventero, se pasó a la estancia de su amo; y, en entrando, dijo: -Que me maten, señores, si el autor deste libro que vuesas mercedes tienen quiere que no comamos buenas migas juntos; yo querría que, ya que me llama comilón, como vuesas mercedes dicen, no me llamase también borracho.

A ti no te importa eso.... Toma varas con los sayos negros y déjame a . ¡Borracho! ¡Pues y !.. exclamó Tablas, mascando su cólera . Vamos, no quiero incomodarme.... ¿Por qué has recibido a los clérigos? Porque es mi santa voluntad. Soy reina de mi casa. Reinita nada menos....

tengo, sin duda, porque yo ni duermo, ni estoy ahora borracho.

Palabra del Dia

santificación

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