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Actualizado: 20 de junio de 2025
Tan bien supo disimularla, que la misma interesada tomó la indiferencia por franco y declarado desvío. Susana fue la única que adivinó el doble secreto de aquellas dos almas: unos cuantos detalles bastaron a su penetración para comprender que Valeria y Pérez se querían. Convencerse de ello y formar propósito de favorecerles, todo fue uno.
Bastaron unas cuantas semanas de esta vida, y el colegio, antes impregnado de cierta poesía plácida, quedó reducido en la imaginación de Paz a un conjunto de recuerdos fríos e incoloros.
Dos días de tregua le bastaron para escapar con el primer disfraz que encontró y caer en los brazos de mi madre. El primer instante lo dedicaron por completo al placer de volver a verse, el segundo a la inquietud y al terror. Saumur pertenecía a los republicanos y mi padre estaba proscrito.
Vinieron a lo más la vigésima parte del número de soldados que hemos enviado a Cuba en estos últimos veinte o treinta meses, y, aunque sea triste decirlo, ellos bastaron para enseñorearse de toda España y para que el célebre Muza se pelase las barbas, apenas desembarcó, al notar que casi nada le quedaba que hacer, porque todo estaba ya hecho.
Para lograr que la distinguiera y prefiriese, le bastaron unos cuantos diálogos, y enseguida, dueña de sí misma, en frío, sin experimentar la emoción más leve, aseguró su conquista desplegando alternativamente candidez, picardía, recogimiento y desenfado.
Pero las impresiones recogidas en pocos días bastaron para hacernos simpatizar vivamente con la metrópoli andaluza, tan poética y original, tan pintoresca en todo. Ella es interesante tambien como centro de vida intelectual y de beneficencia.
Tu amigo Robledo nos protege, y sin embargo no se te ocurre por eso que pueda murmurar la gente... ¿Qué tiene de extraordinario que un amigo nuevo nos demuestre su simpatía cediéndonos su casa? Estaba tan acostumbrado Torrebianca á obedecer á su esposa, que bastaron las últimas palabras de ella para quebrantar su resistencia.
Bastaron unos cuantos meses, trascurridos desde la llegada de Tirso, para que le repugnase ya escuchar ciertas conversaciones: a veces hasta intentaba oponerse a ellas con tonterías de marca mayor, por hablar de lo que no entendía.
Su novio, que se había educado en el extranjero, haciéndose luego ingeniero en España, tenía cuatro o seis años más que ella, y era también inteligente, rico, de buena índole y arrogante figura, cualidades que le rindieron en poco tiempo el corazón de Felisa, pero que no bastaron a conquistar su voluntad. La conducta de la muchacha era un verdadero enigma.
Este fué el último resultado que alcanzó á ver Bolívar, el hombre cuyos esfuerzos bastaron á conquistar la independencia de su pais, y los cuales fueron impotentes para conservar la integridad de Colombia.
Palabra del Dia
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