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Actualizado: 7 de junio de 2025
Todos los días quería volverse, y las instancias de sus amigos bastaban apenas a contenerlo. «Yo soy hijo de la pólvora decía con su voz grave y sonora : la guerra es mi elemento ». «La primer gota de sangre que ha derramado la guerra civil decía otras veces ha salido de estas venas, y de aquí ha de salir la última.» «Yo no puedo ir más adelante repetía parando su caballo ; echo de menos sobre mis hombros las paletas de general.» «En fin exclama otras veces : ¿qué dirán mis compañeros cuando sepan que el mayor Navarro ha pisado el suelo extranjero sin un escuadrón con lanza en ristre?»
Finalmente, habiéndole persuadido que no se pusiese en tal demanda, que ellos daban por bien conocida su agradecida voluntad y que no eran menester nuevas demostraciones para conocer su ánimo valeroso, pues bastaban las que en la historia de sus hechos se referían, con todo esto, salió don Quijote con su intención; y, puesto sobre Rocinante, embrazando su escudo y tomando su lanza, se puso en la mitad de un real camino que no lejos del verde prado estaba.
En las comedias, cuya acción ocurría en países remotos de costumbres desconocidas, se empleaba un traje, calcado en el español de la época, y diferente de él sólo en algunos accesorios fantásticos, que bastaban para indicar su antigüedad, y para que los espectadores quedasen satisfechos.
Venía dispuesto a edificar el mejor chalet de Vetusta, a tener los mejores coches de Vetusta, a ser diputado por Vetusta y a casarse con la mujer más guapa de Vetusta. Vio a Anita, le dijeron que aquella era la hermosura del pueblo y se sintió herido de punta de amor. Se le advirtió que no le bastaban sus onzas para conquistar aquella plaza. Entonces se enamoró mucho más.
Iba pasando con los dedos las hojas de un libro, puesta en ellas la vista descuidadamente, como si el pensamiento y la voluntad estuvieran muy lejos de aquellas páginas, que no bastaban a detener el vuelo caprichoso de sus antojos femeniles. En sus hechiceras facciones empezaba a desaparecer la frescura que es el aliento misterioso de la vida.
Libres eran mis pasos, y sentíame no obstante más prisionero que en la montaña. Cualquier árbol, cualquier arbusto bastaban á ocultarme el horizonte: todos los caminos estaban cerrados en ambas partes por setos ó vallas. Al alejarme de los amados montes, que parecían huir lejos de mí, miraba á veces hacia atrás para contemplar sus curvas empequeñecidas.
Muy hermosas eran las tierras que había visto Zarandilla, con sus parcelas que bastaban a alimentar una familia. Pero allí había agua en abundancia. Y aquí también gritaba el viejo. Ahí tienes la sierra, que asín que caen cuatro gotas, llora por toos los costaos.
Fernando V llamado el Católico, empeñado en guerras para cuyo sustento no bastaban sus pequeñisimas rentas, discurrió el arbitrio de establecer en estos reinos el tribunal de la Fe para enriquecer su erario con las confiscaciones. Para la guerra de Granada pidió dineros á varios judíos, ofreciendo pagarlos cuando conquistase á aquella ciudad.
Entonces no insisto replicó don Simón, aflojando su mano hasta soltar las de don Recaredo. Vaya usted en la inteligencia díjole éste con cierta sonrisilla y dando dos pasos atrás de que para hacer por usted cuanto me fuera posible, bastaban las cartas de sus amigos.
En la suposición de que el amor o el capricho del Príncipe por la Condesa hubiera concluido, ¿bastaban el desagrado, el fastidio, o si se quiere, la desinteligencia, el desacuerdo para explicar el homicidio, si acaso se había cometido un homicidio?
Palabra del Dia
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