Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 29 de mayo de 2025
Un amigo corrió á la taberna para traer una larga ristra de guindillas. Esto le devolvería el apetito. La bufonada provocó grandes risotadas, y Pimentó, para asombrar más á sus admiradores, ofreció el manjar infernal al Terreròla que aún se sostenía firme, mientras él, por su parte, lo iba devorando con la misma indiferencia que si fuese pan. Un murmullo de admiración circuló por el corro.
Había perdido ya la dura inmovilidad con que acababa de arrostrar este momento de emoción. Se sentía muy segura de su triunfo. Y deseosa de asombrar á los curiosos con una calma imperturbable, sacó de su bolso una cigarrera de oro, una larga boquilla de marfil, y empezó á fumar. Después de este primer éxito, el pianista jugó con cierta autoridad.
El calavera había acabado por asombrar con su nueva conducta al poderoso primo... ¡Ni mujeres ni escándalos! La Marquesita ya no se acordaba de él: ofendida por sus desvíos, había vuelto a unirse con el tratante de cerdos, «el único hombre que sabía hacerla marchar».
Son raros los que confiesan y os vais á asombrar cuando os diga que ha habido procesados que se confesaban culpables y no lo eran. Pero esta es una excepción de las que, según la lógica, confirman la regla general. Convendrá usted, sin embargo, dijo Tragomer, que resultaría extraordinario que un hombre fuese condenado por la muerte de una mujer si esta mujer estaba viva.
Disipó mucho dinero y mucha fuerza nerviosa: su constitución ya desequilibrada se extenuó. El amor, el primer amor del alma, se lo inspiró la hija del Príncipe Arkof. Por efecto de su anacronismo moral que en aquella naturaleza distinta de las demás, no tenía por qué asombrar, amó con un afecto juvenil, ingenuo y tímido cuando para cualquier otro hombre había pasado ya la época de ese amor.
Cuando salió el quinto toro, que era para él, se lanzó a la arena ansioso de asombrar al público con sus proezas. Así que caía un picador, tendía él la capa y se llevaba el toro al otro extremo del redondel, aturdiéndolo con una serie de capotazos, hasta que, turbada la fiera, quedábase inmóvil.
Una nueva ilusión había venido á agregarse á todas las que pueden realizar los felices de la tierra. ¡Poseer una casa en la Costa Azul!... Y en cincuenta años, todos los caprichos arquitectónicos, todas las fantasías de los ricos que desean asombrar con su ostentosidad, cubrían esta ribera del Mediterráneo de «villas» y palacetes griegos, árabes, persas, venecianos, toscanos y de otros estilos conocidos ó indescifrables.
Tomó el argentino el papel que le ofrecía Canterac, y luego de leerlo miró al ingeniero con extrañeza, como si dudase de su razón. Comprendo su asombro... Resultará caro, lo sé; pero no importa. Gaste sin miedo. Acabo de cobrar unos cuantos miles de pesos que pensaba remitir á París. Prefiero asombrar á la marquesa con mi parque. Ya ganaré otra plata más adelante: tengo confianza en el porvenir.
Palabra del Dia
Otros Mirando