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Actualizado: 27 de mayo de 2025


Este aumento de asignacion anual á las prebendas, tengo entendido se verificó á pretesto de la pérdida ó quebranto que sufrieran por la falta del importe de boleta que tenian en la Nao cuando esta concluyó, la cual vendian al comercio, y con ello tenian un sobresueldo; mas la misma pérdida y quebranto sufrieron los rejidores perpétuos del ayuntamiento de Manila, cuyas plazas compraban por gruesas cantidades, y ni se les han satisfecho por el Gobierno sus capitales, ni se les ha indemnizado de otro modo sus pérdidas reales y efectivas: ademas de los rejidores, igual derecho de boleta tenian las viudas y huérfanos de militares y otras personas necesitadas, y tampoco han recibido indemnizacion alguna por tal pérdida, y acaso su único recurso para su subsistencia, cuando las prebendas tenian y les quedaron otros ausilios para mantener con decoro á los que las sirviesen; con que ó aquel aumento por tal razon es injusto, ó si es justo, la misma indemnizacion se debe á los rejidores, viudas, huérfanos y demas clases que percibian el ausilio de boleta.

En la actualidad goza el rector de 300 rs. mensuales, que cobra por el habilitado del E. M. de la plaza. Sin asignacion para jocalias y culto, abolido además el diezmo y la primicia, necesariamente debe reinar la miseria en un templo que podia haberse enriquecido con los despojos de los conventos.

Preguntó a los traperos y le contestaron que no la conocían. Fue al Ayuntamiento y sólo constaban allí el nombre y el número de Amparo como trapera. Amparo empezó a hacérseme una dificultad: indudablemente a fin de mes, la señora Adela vendría en busca de su asignación; pero yo no quería esperar aquel plazo. Habían pasado quince días desde mi aventura. Era por la mañana y Mauricio entró alegre.

Marcialmente viste en las grandes solemnidades un viejísimo uniforme de sargento y periódicamente cobra una pequeña asignación en premio á sus servicios entre los que descuella el siguiente: Una mañana se encontraba el Gobernador de Albay en su despacho, cuando se le anunció que un indio mal herido y cubierto de sangre deseaba hablarle.

Le señalo dos duros al mes, y todos los días 24 puede usted venir a recogerlos, hasta que se cumplan los seis meses, y pasado Septiembre yo veré si debo aumentar o no la asignación. Eso depende, fíjese usted, de que yo me entere, tocante a si se administra o no se administra, si hay orden o sigue el... el caos. Mucho cuidado con el caos.

Con la asignación de diez por ciento a los factores me parece no faltarían personas útiles que las sirviesen, considerando que en los pueblos de una medianía ascenderían cuando menos a 10.000 pesos las utilidades, como queda demostrado, y de ellos le correspondían al factor 1.000 pesos.

Conoce el Fiscal que las circunstancias actuales de la presente guerra con la nacion británica, lo exhausto del real erario, la necesidad de mantener reforzadas las plazas y presidios de este reino, y las inquietudes de él del Perú, de donde deben venir los correspondientes auxilios, pueden entorpecer la ejecucion de las expediciones proyectadas: pero si V.S. reflexiona, que aun despues de declarada la guerra se expidió el real órden, fecho en San Ildefonso, á 6 de Setiembre de 1779, que se halla á fojas 3 del expediente seguido por el capitan D. Manuel de Orejuela, sobre la asignacion y goce de su sueldo, en que se le mandó saliese inmediatamente de la corte, y se pusiese en marcha para esta ciudad á cumplir la comision conferida á esta Capitanía General, verá que la real voluntad es, que se verifiquen dichas expediciones, aun en estas propias circunstancias, aunque sin noticias de las citadas revoluciones del Perú, que han inferido tan crecidos gastos á la real hacienda.

Me participa también que uno de sus arrendatarios de Vaux, a quien durante la Revolución le había arrendado las tierras, le ha entregado cuatro mil pesos, después de haber reconocido por propio que lo que pagaba no era justo: además, se ha comprometido a pagarle por espacio de veinte años una asignación en frutos de la cosecha.

No siendo, como no lo es, plaza fuerte, por más que así se denomine, puesto que solo atestigua su arrogante calificativo débiles muros que resguardan escasas máquinas de guerra, que la más perfecta no corresponde á la más imperfecta de las que marchan en la línea de los grandes adelantos, no creemos precisos los gastos y atenciones que tal nombre origina, y una dotación insignificante y una asignación de unas cuantas libras de pólvora por conceptos de salvas para el caso improbable de visitar aquellos mares un barco de guerra, harían lo mismo que acontece en la actualidad con parque, dotación y almacenes, con las ventajas de la reducción del presupuesto.

Esta asignación se les rebajó a ambos religiosos, señalando a cada uno 200 pesos por real cédula de 5 de octubre de 1778.

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