United States or Eritrea ? Vote for the TOP Country of the Week !


Los amo como a buenos amigos con quienes ha crecido uno, como amo a mi país cuya hermosura ellos son. Sepa usted que nací casi en los bosques y que desde muy niño he vivido en medio de ellos... Un árbol hermoso, vea usted, como éste...

5 que os enfervorizáis con los ídolos debajo de todo árbol umbroso, que sacrificáis los hijos en los valles, debajo de los peñascos? 7 Sobre el monte alto y empinado pusiste tu cama; allí también subiste a hacer sacrificio. 9 Y fuiste al rey con ungüento, y multiplicaste tus perfumes, y enviaste tus embajadores lejos, y te abatiste hasta lo profundo.

Unas veces exigía que le contasen algo, otras les obligaba a permanecer inmóviles y silenciosos. Fortuna fue que no se le ocurrierra mandar ahorcar de un árbol a Timoteo, porque en el estado en que se hallaban los espíritus, ¡quién sabe lo que sucedería! Pero el que logró presto sobreponerse a sus colegas y fijar la atención de la bella fue Grass.

Supongamos ahora, que Ariston es curioso en las cosas naturales, y luego su curiosidad le mueve á saber qué arbol es el que tiene por grande.

La mente más segura no es capaz de seguir en su laberíntico enredo las direcciones de los vástagos de este colosal árbol de linajes matritenses. Los hilos se cruzan, se pierden y reaparecen donde menos se piensa. Al cabo de mil vueltas para arriba y otras tantas para abajo, se juntan, se separan, y de su empalme o bifurcación salen nuevos enlaces, madejas y marañas nuevas.

Estará á la verdad en su albedrio algunas veces ponerse delante del jardin ó del arbol; mas ya puesto y aplicado á mirarlos, no puede evitar el verlos.

Y daba con los nudillos en el muro de acero, sordo, durísimo, semejante a un bloque inmenso, tras el cual era difícil imaginarse la más leve oquedad. El extremo del árbol, que en sus incesantes vueltas se perdía al final del túnel, les inspiraba no menos admiración. Ni un ruido, ni el más leve roce.

¡La dejé...! Mis patrios lares, ¡Arbol deshojado y seco! ya no repiten el eco de mis pasados cantares. Yo crucé los vastos mares ansiando cambiar de suerte, y mi locura no advierte que, en vez del bien que buscaba, el mar conmigo surcaba el espectro de la muerte. Toda mi hermosa ilusión, amor, entusiasmo, anhelo, allá quedan bajo el cielo de tan florida región.

Ella cruzó ante el árbol tras el que don Juan estaba escondido y pasó de largo; él, entonces, salió, llamándola en voz baja: ¡Cristeta, Cristeta mía! Sin detenerse, repuso: Anda... anda hasta que perdamos de vista el coche.

Los lindos zapatos de la condesa, que se hundían en él como dos ratones, aparecían mojados cada vez que levantaba el pie. Dentro de aquella bóveda enana zumbaba una muchedumbre de insectos, que empezaban á sentirse inquietos por la marcha cada vez más precipitada del sol. Á veces se percibía un ruido leve y sordo entre las ramas, y veíase un pájaro salir de un árbol y posarse en otro cercano.