United States or Iraq ? Vote for the TOP Country of the Week !


A la Regenta aquello de los días excepcionales le parecía más arriesgado que todo, pero no quiso oponerse al bendito don Fermín en nada. Señor, yo haré todo lo que usted diga, iré cuando usted me indique; mi confianza absoluta está puesta en usted. A usted solo en el mundo he abierto mi corazón, usted sabe cuanto pienso y siento... de usted espero luz en la obscuridad que tantas veces me rodea....

A lo que contestó el ministro: Defender la tajada es lo que importa, amigo, y no dejarla perder, como ha hecho usted. Y a propósito, ¿cómo andan sus asuntos? Don Bernardino, como un enfermo al que preguntan el estado de su dolencia, contestó con angustiado acento, que aquello seguía muy mal.

A las once se retiró viendo que hacía una hora que no entraba nadie; peto se retiró resuelto á volver la noche siguiente para observar si aquello se repetía. Era evidente para él que allí se verificaba una reunión de personas graves, sin duda con algún fin político.

Para determinar aquello a que el FAUSTO aspira, se requiere una previa explicación. En la aurora de toda cultura humana, antes de que hubiese grandes ciudades y de que se edificasen y aun se inventasen teatros, nació la poesía; nació quizá al nacer el habla; y la poesía fue de dos modos principales: lírica y épica.

Unos allegan o ponen el nombre; otros la sustancia. El que tiene nombre y no sustancia, quiere sustancia. El que tiene sustancia y no nombre, quiere nombre. En el fondo lo queremos todo: nombre y sustancia, y también amor. El equilibrio y la felicidad surgen de la obtención de lo complementario, de aquello que nos falta. En saber conseguirlo reside el secreto de la felicidad.

Y esto hecho é proveido, mandó á los señores del Cuzco que para cierto dia queria con ellos comunicar cierta cosa que convenia mucho al bien de la ciudad é su república; á los cuales dijo, como ya ansí fuesen juntos, que habia gran necesidad de hacerse depósitos de ropa en cantidad, y que para aquello queria hacer una gran fiesta á los caciques, en la cual fiesta, viendo él que estaban contentos, que se lo queria decir é mandar que ansí lo hiciesen é lo proveyesen de sus tierras.

Arrojóse de un salto fuera del lecho y corrió al balcón para examinar con mejor luz todavía la extraña carta y el misterioso sello. No había duda: si no era el mismo, era igual a uno de los que había arrancado él en París, en el Grand Hôtel, de los cartapacios que en la logia de Milán le habían entregado... ¿Qué significaba, pues, aquello?... ¿Era una broma? ¿Un aviso? ¿Una amenaza?

Saber teología y no saber montar desacreditaba a D. Luis a los ojos de Currito; pero cuando Currito advirtió que sobre la ciencia y sobre todo aquello que él no entendía, si bien presumía difícil y enmarañado, era D. Luis capaz de sostenerse tan bizarramente en las espaldas de una fiera, ya su veneración y su cariño a D. Luis no tuvieron límites.

, lo que él quería era una afición poderosa, viva, ardiente, eficaz para vencer la ambición, que le parecía ahora ridícula, de verse amo indiscutible de la diócesis. Ya lo era, aunque discutido, y aquello debía bastarle. »¿A qué aspirar a un dominio absoluto imposible?

Purita Menguado se deleitaba oyendo todo aquello que tenía todavía en cierto modo para ella el encanto de lo desconocido; y digo en cierto modo, porque era una de esas niñas vírgenes que nada ignoran teóricamente, esforzándose en discurrir cuál será en la práctica la aplicación de sus conocimientos poco castos.