Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 2 de junio de 2025
El gitano, capitán, estaba probablemente disfrazado, pero yo estoy convencido de que ha muerto también. ¡Diablo de sangre, cómo mancha! dijo Santiago que quería sin duda desviar la conversación de un asunto tan delicado, y se interrumpió para limpiarse un ancho trazo de sangre que surcaba su vestido, último vestigio de la agonía del pobre cuadrúpedo.
Aquellas horas mortales de agonía recibiendo noticias contradictorias a cada instante, sin tomar alimento, con sólo algunas copas de ginebra en el cuerpo desde la mañana, le habían alterado hasta un punto indecible. Las piernas le flaqueaban y la vista se le obscurecía. Para llegar a su casa tuvo necesidad varias veces de apoyarse en las paredes.
Vivo, y me amenaza una eternidad. Quizas yo podre aliviar tus males. Seria necesario llamar los muertos a la vida o hacerme bajar entre ellos a la sepultura. Ensaya el reanimar sus cenizas y hacerlos aparecer bajo una forma cualquiera y a cualquier hora que sea; corta el hilo de mis dias, y sea cual fuere el dolor que acompane mi agonia, no importa, a lo menos sera el ultimo.
Lucía ansiaba llegar... pero la angustia de la caída la despertó, como sucede siempre en las pesadillas. A pocos días de haberse confesado Pilar, expiró. Fue su muerte casi dulce y del todo imprevista, en cuanto careció de agonía. Una flema mayor que las demás cortó su respiración algunos segundos, y apagose la débil luz de la vida en la exhausta lámpara.
Examinaba de cabeza a pies aquel cuerpo descarnado, de una blancura enfermiza, en el que los huesos parecían tener la fragilidad del papel. Salvatierra preguntaba en voz baja por los padres. Adivinaba el remoto arañazo del alcohol en esta agonía. La tía Alcaparrona protestó. Su pobresito pare bebía como cualsiquiera, pero era un hombrón de mucho aguante.
Al incorporarse se quitó el sombrero instintivamente, quedando de pie y descubierto ante la pobre niña. Nada había que hacer. Era la agonía, la lucha tenaz y horripilante, el supremo dolor, que espera agazapado al final de toda existencia. La vieja habló a Salvatierra de sus opiniones acerca de la enfermedad, esperando que las aprobase.
Vió cómo salían del montón humano piernas contorsionadas por los estremecimientos de la agonía... Unos soldados avanzaron con el mismo gesto de los cazadores que van á cobrar sus piezas. De la palpitación de los miembros revueltos se elevaron unas melenas blancas y una mano débil que se esforzaba por repetir su signo.
No era más que humo: se consideraba subiendo en espiral renegrida, y siempre quemándose, siempre quemándose y consumiéndose; difundido ya, aniquilado, evaporado, acabado... hasta que al fin despertó, cubierto todo con el sudor de la agonía. Despertó, porque un ruido de voces resonaba á su lado. La puerta de la prisión se había abierto. Era la caída de la tarde.
Espíritu rebelde, á Dios me atrevo, y de su fé rompiendo ya los lazos, como reproche, ante sus ojos llevo de mi alma destrozada los pedazos. Si al escuchar mi queja en la agonía, de la lucha feroz al fin rendido, me echa en cara mi osada rebeldía, yo le podré decir: «Tú lo has querido.
Lleváronse a la niña; la marquesa y el jesuita se arrodillaron y comenzaron a rezar la recomendación del alma; a las once menos cuarto, sin ningún estremecimiento, sin verdadera agonía, sin soltar de las manos el crucifijo, abrió un poco la boca y expiró.
Palabra del Dia
Otros Mirando