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Al obscurecer llamaba a la puerta el encargado de la cobranza, un hombre alto, enjuto y moreno, al que el exceso de estatura hacía caminar arqueando la espalda. Era de la policía. El que administraba las casas de las Cambroneras teníalo allí como cobrador y guardián del orden, por su carácter de agente de la autoridad.

Con mi sistema de viajar, yo no siento mas emociones que las que directamente recibo de las personas que trato, de los monumentos que contemplo, de las costumbres que observo. Juzgo todo sin el agente intermediario del Guia, segun lo que veo, segun lo que siento.

Porque ustedes saben, tan bien como yo, que las jóvenes sólo suelen entrar en la Opera para hacer suerte y alcanzar una posición brillante; realizado esto, y cuando llegan a ser ricas, se retiran, se hacen juiciosas y casan a su hija con un agente de Bolsa. O con un notario rectificó el profesor.

Un disgusto producido por el temperamento receloso y suspicaz de su marido vino no obstante a arrancarla de él y desazonarla por algunas horas. Había encargado Tristán a un agente privado llamado Samper la venta de ciertos efectos y la compra de otros. Este agente había sido en otro tiempo dependiente de su tío y entonces había hecho amistad con él.

Esa ciencia no pudo iniciarse mientras se estuvo aferrado á las ideas antiguas que atribuían las borrascas «al capricho de los vientosUna observación atenta dejó probado que los vientos carecen de caprichos, que son el accidente, á veces el agente de la borrasca, y ésta, por lo general, un fenómeno eléctrico que á menudo se pasa de ellos.

Y retirada la Legación argentina, Pedro Lobo se marchó con ella, volviendo a Buenos Aires, para dar al dictador auxilio de más valer como soldado que como agente secreto. Rafaela sintió la partida de Pedro Lobo, pero como su carácter era tan alegre, logró consolarse pronto.

Tablas se había retirado a su casa, y la criada, no pudiendo resistir al deseo natural de hablar con su novio, de quien había recibido aquella tarde palabra de próximos desposorios, se fue a la carbonería del número 8. El anciano agente cerró bien la puerta y volvió a su cuarto, único de la casa que tenía luz.

Ser llamado por el comisario a su despacho es algo que un agente lo recordará toda su vida: podrá olvidar a la madre, a los hijos, a la mujer, pero jamás olvidará el día y hora en que compareció ante la vista del dispensador de todos los bienes o del causante de todas las desgracias. Aquel minuto que uno tarda en atravesar el patio, equivale a una hora de emociones.

Y así es terminó la vieja como he vuelto á encontrar á mi nieto.... Pido perdón al señor comisario.... Pido perdón al señor agente. Bajó la cabeza, juntó las manos y miró al suelo, refugiándose voluntariamente en el silencio, confiándose á la suerte, sin insistir más en su defensa, mientras sus lágrimas empezaban á correr mejillas abajo.

Así que, antes de que el policía llevase consigo a Concha, se dirigió a él y, en francés chapurrado, le manifestó que aquella señora era su esposa y que le hiciese el favor de soltarla. Esto fue lo único que comprendió el círculo de curiosos que les rodeaba. La noticia causó sorpresa y no poca risa. El agente no se avino a ello sin llevarlos a ambos antes a las oficinas de la policía.