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Actualizado: 22 de mayo de 2025
Prefieren para emboscarse la proximidad de los ríos, para sorprender a los animales que acuden allí a beber. Aunque no son muy gruesas, pueden tragarse animales diez o doce veces más voluminosos, y veinte veces más pesados que ellas; la dilatabilidad de sus mandíbulas y la elasticidad de su piel que son extraordinarias, se lo permiten.
En ocasiones extraordinarias, hay otras faenas y diversiones que dan a todo más animación, como en tiempo de la siega, de la vendimia y de la recolección de la aceituna; o bien cuando hay feria y toros aquí o en otro pueblo cercano, o bien cuando hay romería al santuario de alguna milagrosa imagen de María Santísima, a donde, si acuden no pocos por curiosidad y para divertirse y feriar a sus amigas cupidos y escapularios, más son los que acuden por devoción y en cumplimiento de voto o promesa.
Quiero, pues, una buena casa en la costa algo abrigada y que la dé el sol, para alojar en ella cuarenta ó cincuenta niños. No se necesita gran mobiliario. Una vez establecidas allí las criaturas, su subsistencia está asegurada. No habrá una sola señora de cuantas acuden á los baños de mar que no auxilie mi empresa de todo corazón.
Si cuanto hay de florido, acaudalado y elegante, se viene a Madrid a lucirse y si acuden también a Madrid en busca de notoriedad y de fortuna, los sujetos que son o que se creen ricos de saber y de ingenio, de temer es que la grande extensión territorial de nuestra patria quede como desdeñada y abandonada de lo que brilla, fomenta el lujo y el bienestar y contribuye a la cultura.
Y después, en otoño, cuando una ráfaga pasaba sobre el árbol, caía casi entre sus brazos una lluvia de manzanas doradas. ¡Era una delicia aquello! ¡Qué de pensamientos acuden a la mente cuando se silba de ese modo! Cada nota despierta una nueva canción, cada tonada resucita nuevos recuerdos.
El brigadier se siente dominado por un ímpetu de noble y generosa indignacion; se levanta con aire brusco; la mesa tambalea, los vasos se vierten, los bizcochos andan por el suelo, los mozos acuden, el brigadier deja una moneda de cuatro duros: ¡esto es una poca vergüenza! exclama colérico, y todos tres abandonamos el café cantante.
Preciso era tirar por otro camino, y la casualidad trajo a Jacobo quién había de indicárselo. Era este Diógenes, que acudía muy de mañana, atraído por el dinero que se le figuraba traer el plenipotenciario, como los buitres acuden al olor de la carne muerta.
El delator, cuyo nombre es desconocido, aparece en la palestra con la visera calada, y provoca al combate á cuantos tengan por falsa su acusación. Acuden entonces al desafío tres caballeros, también con la visera calada, declarando que están prontos á defender el honor de la Reina.
Sin querer, sin apercibirme, repito á mi mujer varios letreros que me acuden á la memoria, y sin querer tambien aquel recuerdo me entristece. Esta tristeza que experimento tiene una historia que seria muy larga de contar; muy larga y muy penosa. ¡Cuántas ilusiones nos forjamos! ¡Y qué caras nos cuestan algunas ilusiones! ¡Qué triste es á veces ver la realidad! ¡Ay!
La propiedad que tienen estos animales de acudir al resplandor del fuego la aprovechan los filipinos para pescarlos sin gran trabajo: encienden hogueras en las vintas y en la playa, y cuando acuden los clavan con el arpón. Otras veces emplean una red con bolsas donde caen los peces al saltar.
Palabra del Dia
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