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Actualizado: 30 de junio de 2025
Acude á socorrerle el leal D. Pedro: con la espada desnuda procura detener á su gente que se desbanda y huye, y no pudiendo conseguirlo, tal pasion de ánimo le sobrecoge que se le tulle el cuerpo, pierde el habla, y cae muerto del caballo. Avisado D. Juan de tan repentina desgracia, desvanécese con el sobresalto, y cae tambien muerto en tierra.
El Capellán acude, y levanta el desfallecido cuerpo del Caballero. El hijo, más tardo por miedo o desamor, se acerca también y le ayuda. Casi en brazos le sacan de la capilla. Don Juan Manuel, en la puerta los hace detener y se arrodilla. ¡Abierta queda mi sepultura!... ¡Maldito quien intente poner la losa antes de haber bajado yo a la cueva! ¡María Soledad, espérame!
Era el galan pretenso un marinero, El precio una cabeza de pescado; Acude
Don Braulio, no obstante, era una de aquellas criaturas en quienes toda emoción grata dura poco, a quien acude súbito la idea triste que envenena dicha emoción. «Mas ¿por qué se decía soy yo el que ella ama, el único dichoso, el dueño del tesoro, el que tiene la llave de su corazón? Por una casualidad, primero: por haberla hallado en un lugar donde nadie había que compitiese conmigo.
Mientras los dos amantes, cuya pasión se ha aumentado desde su primera entrevista, se abandonan de nuevo á tiernas caricias, acude una muchedumbre de furiosos, que amenaza derribar la casa. Calixto, que les sale al encuentro, perece en seguida á sus manos.
Cerca de la fuente, en un tablado, la charanga del Maestro Bemoles tocaba una desastrada fantasía del «Baile de Máscaras». La concurrencia era numerosa, pero popular, popularísima: gente humilde, la que acude en tropel a los espectáculos gratuitos.
A veces las pasiones, que no queremos dominar, ofuscan el entendimiento y le llevan a que yerre; a veces el don sobrenatural de la gracia no acude a nosotros porque nos hacemos indignos de él, y entonces también se turba y se engaña el entendimiento.
Mientras Beatriz hablaba, iba empujando a Paco fuera del saloncito; le iba echando a empellones de la casa. Ya en la antesala, Beatriz añadió: Ve al Ministerio; acude a la policía; busca a Braulio por todos los medios, no te detengas. Paco salió al fin de su mutismo, y contestó: Sosiégate, Beatriz, yo le encontraré. Pronto estaré aquí de vuelta. No lo dudes: le traeré conmigo.
En las inmediaciones de Ajaccio hay muchas de esas capillitas mortuorias, que se alzan solitarias rodeadas de jardines. La familia acude allí los domingos a visitar a sus muertos. Comprendida de ese modo la muerte, es menos triste que entre la confusión de los cementerios. Sólo pasos amigos turban el silencio.
La Esparta acude, ve que todo arde, que todo se sacrifica allí, alarga una mano atrevida, valerosa, pujante, y aparta sólo la política de aquel gran holocausto. Materia, forma, patria, hé aquí los tres símbolos de esas tres edades, de esas tres civilizaciones, de esos tres grandes y célebres reinados históricos.
Palabra del Dia
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