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Semejante cuadro, cuyo fondo era un trozo de mar sereno, un muelle de piedras desiguales, una ribera peñascosa, tenía mucho de paisaje napolitano, completando la analogía los trajes y actitudes de los pescadores que no muy lejos tendían al sol redes para secarlas.

Midiendo y pesando gestos, palabras y actitudes de Nieves, a ratos se afirmaba en que , y a ratos le parecía que no. No sabiendo a qué atenerse, abstúvose de indagar por derecho cosa alguna, y salió del saloncillo tan a obscuras como había entrado en él, pero menos intranquilo; porque viendo y oyendo a su hija, le parecía imposible que en ella cupiera misterio por el cual debiera él alarmarse.

Era suya cada una de sus actitudes y de sus gestos, era suya la humildad llena de gracia con que rezaba, era suya la cara que se apoyaba sobre las manos juntas, cuando el sacerdote levantaba el cáliz y todo el mundo caía de rodillas.

Los palillos sonaban con gozoso chasquido; las siluetas de las bailaoras pasaban y repasaban por delante de la cancela, en actitudes ora arrogantes, ora lánguidas y desmayadas, siempre provocativas, llenas de promesas voluptuosas. Estos eran los patios que podían llamarse tradicionales.

Después se acomodó en una butaca, se colocó en la posición de un hombre que se prepara no ya a perorar, sino a discurrir sobre ideas ligeras y cambiando de tono tan pronto y tan completamente como habría cambiado de actitudes y parpadeando un poco, con la sonrisa en los labios, prosiguió: Es posible que llegue a casarme.

Pues bien, si Jacobo no hubiera cometido el crimen por el cual fué condenado, ¿qué diríais? Esta vez el bello Cristián no pudo dudar de que se había apoderado de su auditorio. Todos se callaron y sus ojos fijos en él con apasionado ardor, sus actitudes violentadas por una intensa curiosidad, indicaban el interés que había sabido excitar en todos los espíritus.

Sus grandes ojos negros se iban posando con plácida expresión sobre cada una de las parejas que por delante de ella cruzaban. Algunas le interesaban más que otras, y las seguía con la vista. Las actitudes, los movimientos y la traza de ellas eran tan distintos que ofrecían estudio curioso.

»Ya estaba armada de punta en blanco: nuevas combinaciones de luces y de espejos para verme a mi gusto por todas partes, y ensayar actitudes, movimientos y sonrisas, y sorprender a hurtadillas la grata impresión de todo ello en las caras de las tres espectadoras.

Pero nuestro joven no se dejó abatir por estas nubecillas tan frecuentes entre enamorados y continuó bloqueando, unas veces por medio de pláticas eruditas y otras con actitudes lánguidas y románticas, la carita redonda y los tres mil duros de renta de la inquieta damisela.

Cada vez que sonaban pasos en la escalera ó chirriaba la verja del ascensor, el barbudo marino se estremecía con una inquietud infantil. Deseaba esconderse y al mismo tiempo quería mirar, por si era ella la que llegaba. Los huéspedes que vivían en el mismo piso le fueron viendo, al retirarse á sus cuartos, en las más inexplicables actitudes.