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Actualizado: 21 de junio de 2025
Tratemos dél agora, que sucede En tanto que lo pasa el zaratino Muy mal, y yo aseguro que bien puede Ponerse él de Toledo ya en camino, Sino quiere ser causa de que ruede Don Diego con su gente al Argentino, Y con su rueda dé tal estampida, Que el Perú venga todo de caida.
Finalmente, la tal historia es del más gustoso y menos perjudicial entretenimiento que hasta agora se haya visto, porque en toda ella no se descubre, ni por semejas, una palabra deshonesta ni un pensamiento menos que católico.
Véase la Crónica general de España del rey D. Alfonso, parte 4.ª, fol. 409: Crónica del santo rey, cap. 21: el arzobispo D. Rodrigo, lib. 9, cap. 16. De los Beni Hud de Zaragoza. Véase la nota de la pág. 93. María de Córdoba e a vos el maestro Lope, mi amado electo obispo de la misma, desde agora e a vuestros sucesores, e a todo el cavildo de canónigos, etc.
Con la corte se marcharon los más grandes señores, y sus artífices, que tanta fama la dieron, son agora como grano agorgojado. ¿Sabe vuesa merced que hasta los torcedores de la seda, compelidos a ello por el exceso de los tributos, van cayendo en la fraude y el encubrimiento, y que unos le agregan sal o aceite para hacella más pesada, doblan el hilo bueno con el crudo e sin torcer e toman esclavos o moriscos para abaratar los jornales? ¡Ah!, ¡ya no es la mesma, no, esta cabeza de las Españas!
Agora á Melgarejo con su gente Volvamos: como supo que pasado Habia Juan Ortiz, muy prestamente La vuelta el Argentino se ha tornado: El caso se le cuenta en San Vicente Por los que del patax han arribado, Con él vienen algunos de su hecho, Pretendiendo sacar algun provecho.
Si se pasa el mar ansí, La enfermedad, el cordel, En esta ausencia cruel De mi Jarifa querida Pasa hasta el fin de mi vida, Pues está el remedio en él. Y vos, hermosa señora, Acordaos que aquí los dos Vivimos, queriendo Dios, Con más regalo que agora.
Nac. de París, Fr., 3.652, fol. 96. Colección Morel Fatio, núm. S.^r El Condestable en su deseo, en mi nombre, y con el amor q. siempre ha mostrado a Su serui.^or Ant. Perez. Bibl. Nac. de París, Fr., 3.652, fol 136. Colección Morel Fatio, núm. Ex.^mo Sr. Resta, Señor, agora, q.
Ves aquí, Sancho, los medios por donde se alcanzan los estremos de alabanzas que consigo trae la buena fama. -Todo lo que vuestra merced hasta aquí me ha dicho -dijo Sancho- lo he entendido muy bien, pero, con todo eso, querría que vuestra merced me sorbiese una duda que agora en este punto me ha venido a la memoria.
Hecha la cama y la noche venida, díjome: "Lázaro, ya es tarde y de aquí a la plaza hay gran trecho. También en esta ciudad andan muchos ladrones, que siendo de noche capean. Pasemos como podamos y mañana, venido el día, Dios hará merced. Porque yo por estar solo no estoy proveído; antes he comido estos días por allá fuera. Mas agora hacerlo hemos de otra manera."
-Yo iré y volveré presto -dijo Sancho-; y ensanche vuestra merced, señor mío, ese corazoncillo, que le debe de tener agora no mayor que una avellana, y considere que se suele decir que buen corazón quebranta mala ventura, y que donde no hay tocinos, no hay estacas; y también se dice: donde no piensa, salta la liebre.
Palabra del Dia
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