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Recuerdo que en una conferencia que dio sobre Guatemala, con el propósito de reunir y vincular a los latinos residentes en Nueva York, tomó como tema las flores y los pájaros que adornaban el sombrero de una señorita allí presente, y sobre él hizo la pintura más hermosa que jamás haya leído de la naturaleza y de la sociedad centroamericana.

Y no eran solo los trabajos literarios que ocupaban sus horas. Las dividía entre estos y las conferencias que daba a los cubanos pobres, en las que se esforzaba para vincular al elemento de color, con los de las clases superiores, porque unos y otros debían servir para preparar la revolución cubana que era el objeto de su permanencia en Estados Unidos.

Considerando la Revolucion Americana como una cadena sucesiva de Revoluciones, que deben confundirse con un centro comun de la libertad en la república he creido deber vincular en este canto el presente y el porvenir de los dos grandes continentes, cuyas cataratas evoco. Su posicion geográfica parece estar indicando en el istmo de Panamá el lazo eterno que los debió ligar.

Le bastará tener idea de perfeccion ó belleza en general, y vincular con ciertos signos arbitrarios los grados de perfeccion ó belleza de los objetos, para que pueda designarlos á los concurrentes, y ponderar la mayor habilidad de un artista, la menor felicidad de otro, el atinado acierto de aquel, los desaciertos de este, el mayor valor de las obras del primero, la inferioridad de las del segundo, y formar otros pensamientos por este tenor que á primera vista pudieran hacernos creer que el dependiente es un artista consumado, ó cuando menos un aficionado de grande inteligencia y de gusto exquisito.

Justamente repuso su abuelo , porque ni entonces, ni ahora, ni nunca, habéis podido tragarla; y no la habéis podido tragar, porque lo que se quería en esta casa no era familia por el ansia natural de tenerla, ansia que sienten hasta los irracionales, sino un heredero varón en quien vincular los relumbrones aristocráticos de tu marido, como si importara seis maravedís que se perdiera la casta directa de ese mentecato; y como a Dios no se le engaña, después de probaros la voluntad y la mala entraña con la hija que os dio, sin merecerla, os ha castigado en el varón que apetecíais..., porque ese niño ha de ser, está siendo ya, vuestro castigo.