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Y fue que hallándose departiendo el marqués y el general, momentos antes de sentarse a la mesa, y paseándose a lo largo del salón contiguo al comedor, y estando la porfía en lo más candente, es decir, sosteniendo el segundo que todas las desventuras de España procedían de la incapacidad y de los desaciertos del ministro de la Guerra y de todos sus antecesores, y templando el primero sus crudezas con reposadas y campanudas reflexiones sobre el necesario «concurso de las fuerzas vitales del país» y «el engranaje de la máquina gubernamental», de pronto le faltó la palabra precisa; valiose de otra menos propia y muy mal pronunciada; esparciese sobre el sonrosado color de su rostro un tinte lívido; lanzó un áspero quejido por su boca, que se torcía por momentos, y reviré los ojos; y a no haberle recibido el general entre sus brazos, hubiera dado el pobre marqués con su oronda humanidad en el santo suelo.

Si alguna vez acertamos, entregándonos ciegamente á lo que él nos inspira, ¡cuántas y cuántas nos hace extraviar! ¿Sabeis porqué se atribuye al corazon ese acierto instintivo? porque nos llama extremadamente la atencion uno de sus aciertos, cuando nos consta que son tantos sus desaciertos; porque nos causa extraña sorpresa el verle adivinar en medio de su ceguera, cuando son tantas las veces que le encontramos desatinado.

Jacinto abrió y no encontró nada: papeles, pero ni rastros de dinero. ¡Maldita sea mi alma! exclamó cayendo en el sofá, desesperado. Acercóse míster Robert, y con desprecio y cólera, le dijo: Esto se acabó, señor Esteven, ¿entiende usted? Voy a proceder a la liquidación de la casa, porque ni usted me conviene, ni estoy yo dispuesto a ser víctima de sus desaciertos por más tiempo. ¡Basta!

Pero en medio de sus desaciertos y sus ilusiones fantásticas, tenía tanto de noble y grande, que la generación que le sucede le debe los más pomposos honores fúnebres. Muchos de aquellos hombres quedan aún entre nosotros, pero no ya como partido organizado; son las momias de la República Argentina, tan venerables y nobles como las del Imperio de Napoleón.

El soldado, llamando a el perro, prosiguió: Ahora, don Gozque, vais a ser mensajero del amor, oficio que requiere examen de destreza y título de fidelidad; cuidado con trocar los frenos, que de tan lastimoso descuido suelen provenir grandes desaciertos, y en ello vuestro buen nombre debe quedar a salvo de cargo y responsabilidad.

"Es de deplorar continuó el militar reforzando su elocuencia con un poco de mímica, es de deplorar que los primeros derechos concedidos por la libertad sean mal empleados por algunos hombres. El hábito de la libertad es uno de los más difíciles de adquirir y tenemos que sufrir los desaciertos de los que por su natural rudeza tardan más en adquirir este hábito. Pero no desconfiemos por eso, amigo.

Casi todos los que sobreviven son hoy literatos distinguidos, y si un día los poderes intelectuales han de tener parte en la dirección de los negocios de la República Argentina, muchos y muy completos instrumentos hallará en esta escogida pléyade largamente preparada por el talento, el estudio, los viajes, la desgracia y el espectáculo de los errores y desaciertos que han presenciado o cometido ellos mismos.

Cuesta gran trabajo creer los desaciertos, torpezas e indignidades en que incurrían todas las clases del Estado, durante los reinados de aquella funesta dinastía que comenzó en una pobre loca y acabó en un desdichado imbécil.

Negada su pretensión con grave detrimento de nuestro prestigio, y restituidos los rehenes que en garantía de vasallaje quedaron en Manila, la hábil política del astuto sultán de Mindanao triunfó, aprovechando estos y otros desaciertos de los nuestros.

Porque podéis ser calumniado; esta gente enemiga vuestra, os teme, sabe que el rey está acostumbrado á vos, y como en el rey no hay nada más poderoso que la costumbre, como es indolente y enemigo de luchas y de mudanzas y sobre todo irresoluto y débil, usarán contra vuecencia de armas infames; se han cometido en la corte grandes desaciertos; vuestro secretario don Rodrigo Calderón ha usado y abusado de vuestro nombre y no se ha detenido en nada; se ha pretendido primero deshonrar á la reina, después envenenarla...