United States or Madagascar ? Vote for the TOP Country of the Week !


Maritornes, con los brazos en jarras, era otra furia. ¿A qué perpetuar el cuento de su extravío de una época pasada, arrojando la nota de deshonra sobre una moza que después podía ser, y ahora lo era efectivamente, honestísima madre de familia?...

Doña Eulalia quedará libre entonces de toda molestia, y aunque siempre recatada, honestísima y decorosa, depondrá sus desdenes, dejará de ser huraña y se hará para todo el mundo conversable y mansa.

Ella, puestos los ojos en tierra con honestísima vergüenza, respondió: -No puedo, señor, decir tan en público lo que tanto me importaba fuera secreto; una cosa quiero que se entienda: que no soy ladrón ni persona facinorosa, sino una doncella desdichada a quien la fuerza de unos celos ha hecho romper el decoro que a la honestidad se debe.

Los criados, o eran fieles, o temían y no daban luz, por más que Viváis-mil-años los agasajaba y los convidaba a la taberna; ellos no decían de su señora sino que era una dama honestísima, que tenía penas y que las lloraba en su soledad: si aquellas eran penas de amor, los criados no lo decían, o no lo sabían, y Viváis-mil-años vivía como un alma en pena, metiendo las narices por todos los resquicios, y sin oler nada que le sirviese para cerciorarse de qué casta de, pájaro era aquel prodigio humano, que siendo rica y joven huía del mundo, y siendo hermosa no buscaba el amor.

Doña Luz se convenció de que doña Manolita no había tenido intención de deslustrar en lo más mínimo la pureza de sus relaciones amistosas con el P. Enrique; y doña Manolita hizo por convencerse y hasta se convenció por el momento de que el P. Enrique, ni siquiera como Dante amó a Beatriz, como Petrarca amó a Laura, o como don Quijote amó a Dulcinea, era capaz de amar a doña Luz; porque, siendo él un fraile y ella una señorita muy bien educada y honestísima, tal amor, por alambicado, espiritual e incorpóreo que fuese, tenía un no qué de indecorosamente plebeyo y de grotescamente pecaminoso que con la condición de su bella y soberbia amiga se ajustaba muy mal.

Averiguado el caso, la honestísima señora descubrió que en lo sucesivo no debia penetrar al número 100, y que tal localidad no podia servir para dormir ni hacer la toilette. Desde Mayenza hasta Bingen el aspecto del Rin no es muy interesante. Las riberas son planas, donde quiera pobladas de grupos de álamos y otros árboles, y matorrales de gramíneas, en la proximidad de las aguas.