Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 23 de junio de 2025


La litera estaba forrada de raso blanco, con pasamanería de galón de oro, cristales de Venecia en las portezuelas, ricas cortinillas tras los cristales y una rica piel de oso en el fondo. Podía asegurarse que muchas damas principales y ricas no poseían un tan lujoso vehículo. Es verdad que antes y ahora muchas señoras de título no podían ni pueden tener los trenes que usaban las comediantas.

Con lo que yo , hay asunto para un volúmen; yo me he limitado á trazar en compendio, y segun el órden de mis apuntes, todo lo que queda apuntado. Saludemos nuevamente á Venecia y emprendamos el camino de Turin. Pero ántes de salir de Venecia, tengo que apuntar una cosa que habia olvidado.

XXIX. Angelo Badrero, Angelo Badoer, Embajador de Venecia en París. Ex.^mo S.^r Espero q. hará lo q. V. Excelencia le pide, sino es porq. ande el cielo estos meses retrógrado en todo lo que me conuiene, y desseo. Desseo verme cerca de V. Ex.^a para en algunos ratos entregarle este pecho, y depositarle en esse oydo, y Amor, como en Ærario de mi alma.

Pasó rápidamente por Padua y se detuvo en Venecia, dónde gastó doce mil escudos en cinco cuadros e intentó en vano que Pedro de Cortona quisiera trasladarse a España al servicio de Felipe IV; consiguiendo, en cambio, que algún tiempo después lo hicieran Colonna y Mitelli.

A la derecha de la Real iba la capitana de Roma con su capitán Colonna, y la de Venecia con Veniero, a la izquierda. Llevaba la Real a popa la nao del comendador de Castilla don Luis de Requesens, y con don Alvaro de Bazan, marqués de Santa Cruz, formaban la retaguardia treinta y cinco galeras. Mayor en número de naves era la armada infiel.

En el último decenio ha renunciado Martínez de la Rosa, al parecer, al culto de las musas, consagrándose sólo á sus importantes atenciones políticas, habiendo sólo llegado á nuestra noticia, como último drama suyo, el que se titula El español en Venecia ó la cabeza encantada.

Pero disimuló esta determinacion hasta que un hijo suyo viniese con seis galeras de Venecia, á donde le habia enviado algunos meses antes. Llegaron dentro de pocos dias, y Tibaldo quando se vió seguras las espaldas, envió con gran secreto á decir á los Capitanes conjurados, que le hiciesen saber en lo que estaban resueltos de los negocios de Rocafort.

Con este método, el lector sigue el mismo rumbo, el mismísimo itinerario que yo seguí en Venecia: si describo en dos sitios un mismo lugar, prueba de que le visité dos veces.

En aquellas noches yo no veía alrededor de más que tigres del África, cataratas de América, pirámides de Egipto y lagunas de Venecia. Estaba encantada y bendecía a Dios por haber creado tantas cosas bellas, incluso a lord Gray. »¡Oh! Lord Gray no se apartaba de mi imaginación.

Después vinieron Prócida y las Vísperas Sicilianas, D. Jaime de Aragón, Roger de Flor y el Imperio de Oriente, el duque de Osuna y Nápoles, Venecia y el marqués de Bedmar, Massanielo, los Borgias, Lepanto, D. Juan de Austria, las galeras y los piratas, Cervantes y los padres de la Merced.

Palabra del Dia

ayudantes

Otros Mirando