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Actualizado: 15 de julio de 2025
En este punto de la independencia infantil se va ganando terreno velozmente, y yo fuí avanzando en mi camino, con tal rapidez que llegué en poco tiempo a gozar de completa libertad. Muchas veces dejaba de ir a la escuela con Zelayeta y Recalde.
A ratos corría velozmente; luego se detenía, y acercándose a los matorrales sacaba su sable y la emprendía a cintarazos con un chaparro o una pita; luego parecía bailar, moviendo brazos y piernas al compás de su propio canto, y también echaba al aire su sombrero portugués para recogerlo en la punta del sable.
No aguarda, en verdad, mucho tiempo, presenciando la llegada del amante, y la aparición de una mujer vestida como Estefanía; sale, pues, furioso de su escondite, mata al Conde y entra en su casa. La dama disfrazada huye velozmente, y se da traza de que recaiga la ira del engañado esposo en la inocente Estefanía, que cae en tierra herida de varias puñaladas.
»Entonces se detuvo, y creí que se iba a arrojar en mis brazos; pero me equivoqué, pues lanzando un grito de dolor, volvió la cabeza y desapareció velozmente. »No podré explicar la turbación que me causó esta sencilla relación. ¿Por qué abandonar el castillo donde estábamos seguros, y en el que nuestra numerosa servidumbre podía defendernos?
No tenía poca parte en esto la generosidad de la procesada y su prontitud obsequiosa en remunerar cuantos servicios se le hacían. Lo peor de esto era que el dinero, mermado velozmente de día en día, marchaba a su completa extinción y acabamiento.
Un cochecillo desvencijado, tirado por dos flacos rocines del país, entró al mismo tiempo por el puente de Catalangua, atravesó velozmente el prado y vino a detenerse al pie de la escalinata. Apeóse otra señora, también enlutada, muy flaca, muy pequeñita, ocultando, como la otra, entre los negros crespones un rostro consumido y lleno de pecas y unos cabellos rojos mezclados de blanco.
Se oyó tambien el tiro de una escopeta, al tiempo que se exploraban estas cosas, mas no se juzgó fuese señal del enemigo que estuviese vigiando. Tambien se vió en el campo, de esta parte del rio, entro una alta maciega, algo que corria velozmente: se sospechó que fuese espia del enemigo, pero otros mas probablemente la juzgaron avestruz.
Barragán, dando un salto, gritó: «¡Socorro!» y se abalanzó a la puerta; pero viendo que sus enemigos le cerraban el paso retrocedió velozmente, se dejó caer sobre la puerta vidriera de la alcoba, que se abrió con rotura de algunos cristales, y pudo ganar la de escape que comunicaba con el corredor. ¡Socorro, que me asesinan!
Ya no seguí, pues, la calle de las Infantas como acostumbraba después de almorzar, ni aun para ir a la de Valverde, donde vivían unos amigos. Por la noche, después de comer, como no había peligro de ver a Teresa, la cruzaba velozmente y sin echar una mirada a la casa.
»Deseo desembarazarme con brevedad; por esso voy saltando velozmente, tocando aquí y alli de passo, sin detenerme como debiera en muchos requisitos. En razon de costumbres, se devē considerar las condiciones y propiedades de personas y naciones.
Palabra del Dia
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