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Actualizado: 8 de junio de 2025


El subdelegado Santa-Cruz recibió del rey de España, en recompensa de este servicio, el título de Maestre de Campo; pero el principal resultado de semejante medida fué hacer que desde aquel instante las naciones, que ya parecian dispuestas á salir del estado salvage para entrar en el camino de la civilizacion, se apartasen de él, procurando alejarse á lo mas escondido de los bosques, á fin de sustraerse al tributo anual, y sobre todo á las vejaciones de todo género y á las torpes violencias, frecuentemente empleadas por aquellos que estaban encargados de recaudarlo.

Cierto que la unión no es todavía del todo completa, pero á ella van encaminadas las medidas de buen gobierno, las deportaciones, las vejaciones que los vecinos en sus pueblos sufren, la movilidad de los funcionarios, la escasez de los centros de enseñanza, que hace que la juventud de todas las islas se reúnan y aprendan á conocerse.

A las 4 de la tarde mandó el corregidor tocar llamada, para que las milicias se juntasen; en efecto obedecieron, siendo muy pocos los que hicieron falta; pero con la circunstancia de no querer entrar en el cuartel, y si mantenerse divididos en trozos por las esquinas de la plaza, hablando entre ellos de la supuesta traicion, y lo que habian de practicar; y no descuidándose Pagador en su comision, recordó los hechos de José Gabriel Tupac-Amaru, apoyando su conducta contra el Soberano, las vejaciones que sufrian por el mal gobierno de sus ministros, los insoportables pechos, que con motivo de la guerra con los ingleses, imponian á los pueblos, y otras razones eficaces para conducir los ánimos al fin que se habia propuesto.

Para gobernador de la isla de Margarita nombró Morillo á Don Antonio Herraiz, cuyo bondadoso carácter no estando en armonia con el violento sistema de secuestros y prisiones que en todas partes se llevaba á cabo, dió márgen á que al poco tiempo quedase destituido, y fué á reemplazarle persona mas idónea, mas dura de corazon, y por lo tanto en conformidad con las arbitrariedades y vejaciones por aquel entonces á la órden del dia.

Lo gracioso del caso está en que, siendo el paisanillo tan útil, por mejor decir, tan indispensable, no hubo criatura más maltratada, insultada y reñida que él. Sus más leves faltas se volvían horribles crímenes, y por ellos se le formaba una especie de consejo de guerra. Llovían sobre él a todas horas improperios, burlas y vejaciones.

Además, le sucede á ese prestigio lo que decía Napoleón de los grandes hombres y sus ayudas de cámara. Nosotros, que sufrimos y sabemos todos los infundios y vejaciones de esos pretendidos dioses, no necesitamos la prensa libre para conocerlos; hace tiempo que están desprestigiados.

Es cierto que bajo Abde-r-rahman I los Cristianos de Córdoba no fueron jamás molestados por causa de su religion: pagaban, , como pueblo conquistado crecidos tributos, pero eran respetados en sus creencias, tenian sus iglesias y monasterios, donde celebraban públicamente su culto, y no se cuenta que sus ministros, simples sacerdotes ó prelados, sufriesen vejaciones de parte del primer rey Umeya del Occidente.

Los curas querían que los indios asistiesen todos los días a la misa y al rosario, a la hora que se les antojaba, que muchas veces era bastante intempestiva; los administradores se lo impedían, unas veces con razón y otras sin ella, y lo que resultaba era que el cura mandaba azotar a los que obedecían al administrador, y el administrador a los que obedecían al cura; y unos y otros castigos se ejecutaban en los miserables indios, sin más culpa que obedecer al que les acomodaba mejor el obedecer; hasta los mismos corregidores y cabildantes no estaban libres de estas vejaciones, que no pocas veces se vieron apaleados y maltratados de los curas y administradores, sin saber a qué partido arrimarse.

A lo que decís que os hacen otras vejaciones, procurad que vuestros hijos entren en oficios de república para que sujetándoles os podais vengar de ellos. Y no salgais de esta órden que os damos, porque por esperiencia vereis que de abatidos vendreis á ser tenidos en algo. Usuff, principe de los judíos de Constantinopla.» =La misma respuesta en otro estilo.=

Levantóse el entredicho despues del 15 de febrero de 73, y parecia reinar la concordia, pero duró poco tiempo, porque el conde de Cabra, que se acababa de apoderar de Almodovar, cometia en la ciudad y campiña grandes vejaciones: el de Aguilar exasperado volvió á sus pasados rigores, y el obispo volvió á poner entredicho á 19 de octubre.

Palabra del Dia

rigoleto

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