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Actualizado: 25 de mayo de 2025
Quiero que la calma vuelva a nuestros espíritus antes de comenzar una vida nueva. Después de haber obtenido la promesa que exigía, la joven subió alegremente a su cuarto, y escribió en seguida a Martholl. De regreso de Londres, la víspera, Martholl se despertó de muy mal humor.
Era ya viejo, y temeroso de dejar este mundo sin realizar aquel piadoso sueño, determinó al fin emprender su peregrinación á Madrid, y así lo hizo, llegando á las orillas del Manzanares víspera de la fiesta del glorioso San Isidro.
Al recorrer la azotea de la casa, Antonio hizo la presentación del curioso personaje que la víspera llamara mi atención. ¡Era una estatua de piedra!
Como nosotros, iban muchos con el mismo objeto. Otros venían; de suerte que había bastante movimiento de coches en el camino. También se veían algunos señoritos, en traje de chulo, montando los hermosos y petulantes caballos de la tierra. Ningún buen aficionado de Sevilla, por lo que pude entender, deja de ir a Tablada la víspera de la corrida.
También concurrió Pito Salces, que se quedó como sin pulsos cuando Tona, con la faz inundada de sonrisas y los ojos de dulzuras, le ponderó la hazaña de la víspera y le declaró sin remilgos que «de ese aquél y de esos prontos le gustaban a ella los hombres». ¡Puches, cómo se puso enseguida el mozallón con la alabanza!
Ya comprendo dijo Lescoët palideciendo ; ¿y cuántos? Una miseria. Bien, pero quiero saberlo. Ya lo verás; no tengo interés en estafarte ninguno, y además tú podrás contarlos. Ya me vengaré. Antes siempre se dice eso, y después no se piensa en ello más que en la brisa de la víspera. Vamos, muchacho, despachemos, porque veo que el capitán se impacienta y sería capaz de hacerme probar la misma salsa.
La víspera del dia destinado se enarbolaba el estandarte de la fé sobre la puerta del Castillo, y permanecia hasta la tarde. Despues de vísperas acudian allí todas las religiones á acompañar la procesion, en que se sacaba la cruz, que era muy grande y de color verde, y se colocaba de antemano con la mayor decencia en la iglesia de S. Martin.
No le impidió esto ponerse en camino á la temprana hora que había fijado la víspera, y dejando en Aiguillón el curso del Garona, tomó con sus cuatro acompañantes por la orilla del Lot, no ya en dirección de Montaubán sino de Villafranca, por donde, según noticias recogidas en el camino, andaban sueltos unos arqueros ingleses más malos que Caín y que desde luego supuso eran los mismos á quienes buscaba y de quienes era capitán.
Desde la víspera aquello era un diluvio de telegramas de felicitaciones, prospectos de proveedores, papeles con escudos nobiliarios, sellos franceses y extranjeros. Estaba Liette haciendo metódicamente su clasificación, cuando el timbre la llamó de nuevo al aparato Morse... Era un nuevo telegrama para el castillo. «Señorita doña Blanca de Candore.» ¡Este estaba doblemente atrasado de noticias!
Tal vez murmuramos, como murmuraba la chusma a bordo de las carabelas la víspera de aquella feliz y memorable aurora en que por vez primera aparecieron a los ojos espantados de los europeos las risueñas y fecundas costas del Nuevo Mundo.
Palabra del Dia
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