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Actualizado: 18 de junio de 2025


Observa la hora a que sale el amo, qué gente viene en su ausencia, si la señora sale periódicamente, si va sola o acompañada, si la niña balconea, si se abre casualmente alguna ventanilla o alguna puerta con tiento, cuando sube tal o cual caballero; ve quién ronda la calle, y desde su puesto conoce al primer golpe de vista, por la inclinación del cuello y la distancia del cuyo, el piso en que está la intriga.

Pues a ello dijo , y agárrese usted bien que voy a preparar la arribada. Apartó su atención de Nieves, y la puso toda en el yacht. La verdad es pensaba , que la ocasión es de oro para hacer eso y aun otro tanto más; pero ¡carape!... no señor, no señor: tiento, tiento, que no llevas a bordo sacos de paja... Y lo está deseando el maldito. ¡Qué luego sintió la caña! ¡Allá vas!

La primera sentencia, aplicada a su situación, quería significar que él, a pesar de poder ser el abuelo de Juanita, quería y podía ser otra cosa muy diferente; y la segunda sentencia, que también recordaba don Paco, quería significar que él debía ir con tiento, con pies de plomo y sin precipitarse, porque no se ganó Zamora en una hora y porque la muchacha no era muy arisca en el fondo, ni, probablemente, tan firme y dura de entrañas como, merced al encontrón que había tenido con ella, le constaba que era de firme y dura en su juvenil superficie.

Despejado y limpio el talud en breves momentos y desembarazado, por consiguiente, de los peligros que se temían antes, echóse abajo la cuerda que pidió Chorcos; ató como debía y él sabía hacerlo, a su amigo por los sobacos, y tirando con tiento los de arriba y ayudando él con cariño desde abajo, quedó Chisco, que no podía hacer nada por , arrimado al talud.

La respuesta fue cariñosa, pero evasiva. ¡Si lo que la nena anhelaba saber era un devaneo, una tontería...!, cosas de muchachos. La educación del hombre de nuestros días no puede ser completa si este no trata con toda clase de gente, si no echa un vistazo a todas las situaciones posibles de la vida, si no toma el tiento a las pasiones todas.

Con todo esto, tiraba de su brazo, por ver si podía soltarse; mas él estaba tan bien asido, que todas sus pruebas fueron en vano. Bien es verdad que tiraba con tiento, porque Rocinante no se moviese; y, aunque él quisiera sentarse y ponerse en la silla, no podía sino estar en pie, o arrancarse la mano.

-Si yo te hubiera de pagar, Sancho -respondió don Quijote-, conforme lo que merece la grandeza y calidad deste remedio, el tesoro de Venecia, las minas del Potosí fueran poco para pagarte; toma el tiento a lo que llevas mío, y pon el precio a cada azote.

Tendió Micromegas con mucho tiento la mano al sitio donde se vía el objeto, y alargando y encogiendo los dedos de miedo de equivocarse, y abriéndolos luego y cerrándolos, agarró con mucha maña el navío donde iban estos señores, y se le puso sobre la uña, sin apretarle mucho, por no estruxarle.

Aunque Pepita no fuese una paja, Antoñona la alzó del suelo en sus brazos, como si lo fuera, y la puso con mucho tiento sobre el sofá, como quien coloca la alhaja más frágil y primorosa para que no se quiebre. ¿Qué soponcio es éste? preguntó Antoñona . Apuesto cualquier cosa a que este zanguango de vicario te ha echado un sermón de acíbar y te ha destrozado el alma a pesadumbres.

Obedeció Rocafort con muestras de mucho gusto, y para el dia siguiente ofreció de tenerle junto; porque ya en los pocos dias que tardó el infante, previno á sus amigos que echasen voz por el campo, que seria bien andar con mucho tiento en la resolucion que se debia tomar de admitir al infante por el rey, y que por lo menos no se determinasen luego.

Palabra del Dia

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