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Actualizado: 9 de octubre de 2025


El Gólgota, tal como se le pinta á las tres de la tarde de aquel tremendo y glorioso día en que murió Jesús; el Juicio Final, profetizado por el Apocalipsis; el Diluvio, Pompeya, los terremotos americanos.....; yo no cuántas y cuán extrañas cosas pasaron por mi imaginación. Entretanto....., ¡qué maravillosa, qué sublime apariencia la de los cielos!

En 7 de Mayo de 1702 por sequía; en 1,º de Setiembre de 1703, por epidemia: en 15 de Mayo de 1712, en 13 de Octubre de 1751, y en 29 de Setiembre de 1752, por sequía: en 24 de Marzo de 1754, por terremotos; y en 2 de Junio de 1780, por sequía.

Con arreglo á su fin de solemnizar fiestas de corte, los dramas de que tratamos ahora descuellan casi todos por su lujo teatral, abundando en apariciones de dioses, terremotos y lluvias de fuego, que el poeta emplea para su objeto, á fin de que los maquinistas y pintores escenógrafos del Buen Retiro hagan alarde de su arte.

El fraile que administraba su parroquia, describe el fenómeno en las siguientes líneas que literalmente copiamos: «Por el mes de Diciembre de 1754 reventó el volcán más furiosamente que nunca, porque el ruido era como de una batalla muy grande, los terremotos espantosísimos y la oscuridad de la atmósfera tal, que puesta la mano delante de los ojos no se veía: la ceniza y arena que arrojaba era tanta, que cubrió todos los tejados y casas de Manila, la que dista unas 20 leguas y aun llegó hasta Bulacan y la Pampanga.

y Carón le asesta el golpe mortal; pero cae él mismo moribundo, diciendo: Toda mi furia cae Á tus plantas, á donde Muerta la Muerte yace. El héroe celestial prorrumpe en estas palabras de queja: ¡Padre mío! ¿Por qué me desamparaste? mientras la barca de la Muerte lo transporta á la otra orilla. Truenos, relámpagos y terremotos.

Se infiere, por lo tanto, que por culpa de los terremotos no tenemos chic, ni tenemos un sastre como Worth, ni una fabricadora de sombreros como Mme. Virot, ni un abaniquero como M. Alexandre: en suma, no sabemos hacer nada o casi nada primoroso. Nuestro orgullo, además, nos impide buscar salida para nuestras mercancías, encomiándolas, presentándolas y ofreciéndolas con insistencia.

Y si no acostumbrase mandar cataclismos, terremotos, pestes, epidemias, etc., etc., para los remisos, tampoco darían mucho dinero para iglesias los creyentes adultos. "Presentad al salvaje, dice Lecky, la concepción de un ser invisible, para ser adorado sin la ayuda de ninguna representación material, y será inhábil para entenderla.

En el siglo XIV, en el que 25:000.000 de habitantes casi la mitad de la población de Europa sucumbieron de la peste negra, los peligros que asediaban permanentemente al habitante, provenían de los poderes sobrenaturales a los que les eran atribuidas las sequías, las inundaciones, las epidemias, los terremotos, las pestes, las cosechas y los triunfos de la guerra.

Y si nosotros somos crueles, codiciosos, traicioneros, y sobre todo temerosos de Dios, que, según Buckle, es la peor de las cualidades, todo ello consiste en que en España no hay lluvias regulares sino feroces tormentas y prolongadas sequías, y además tal multitud de terremotos, que nos tienen siempre con el alma en un hilo y con el corazón en un puño y producen en nosotros la crueldad y la intolerancia religiosas.

Es el aire más húmedo que seco, a causa de los muchos bosques y ríos, y en los pueblos inmediatos a ellos se experimentan en el invierno frecuentes neblinas, que duran hasta las 10 del día. Son frecuentes los huracanes, y mucho más las tormentas de truenos, en que caen algunas centellas, y no se experimentan terremotos.

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