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Actualizado: 25 de mayo de 2025
El orden que tienen en todas las funciones públicas es este: El cacique toma el primer lugar, el segundo es de los sacerdotes, el tercero de los médicos, el cuarto de los capitanes, y después de ellos se sienta el resto de la nobleza.
El otro hijo fué don Gonzalo, obispo de Palencia, prelado de muchas letras i erudicion. El tercero fué Alvar García de Santa María que refieren haber escrito la crónica deste rei don Enrique, la cual basta agora yo no la he visto, i parte de la crónica de su hijo el rei don Juan el segundo.
Estos se van, y saliendo el hombre del pueblo primero, le dice al hombre del pueblo segundo que el pan está caro, y que los pobres se están comiendo los codos de hambre, lo cual exaspera al hombre del pueblo tercero, que jura por Neptuno y el hijo de Maya que aquello no ha de quedar así.
En el segundo, tercero y penúltimo entreacto, que por fortuna no fueron largos, ocurrió exactamente lo mismo, con lo cual el disgusto del enamorado arreció tanto, que comenzó a retorcerse en la butaca como diablo que se ahogase en agua bendita. ¿Si habría pensado aquella mujer que iba él a contentarse con una ración de vista?
19 Maestro, Moisés nos escribió, que si el hermano de alguno muriese, y dejase mujer, y no dejase hijos, que su hermano tome su mujer, y levante linaje a su hermano. 20 Fueron pues siete hermanos; y el primero tomó mujer, y muriendo, no dejó simiente; 21 y la tomó el segundo, y murió, y ni aquel tampoco dejó simiente; y el tercero, de la misma manera.
» Es que creo que para ser completamente dichosos, deberíamos estar solos los dos; creo que el amor es una flor delicada y pura, que con la presencia de un tercero se agosta y se marchita, y que para vivir confundidos en una sola alma y en un solo pensamiento no deberíamos ser tres... » ¿Qué quieres decir, Amaury? » ¿No me comprendes, Magdalena?...
Es verdad contestaba otro al cabo de un rato, llevándose el vaso a los labios. Ripalda parecía un buen sujeto afirmaba un tercero, después de cinco minutos, dejando el vaso sobre el mostrador y eructando. Sí lo parecía replicaba otro gravemente. Transcurrían diez minutos de meditación. Los tertulios daban algunos cariñosos besos al vaso, que parecía de topacio.
La viuda de Fenelón llegó a la hora de costumbre, y a poco subió el mozo de la botica con la bandeja de dulces que mandaba Ballester. No tardaron en presentarse el señor y la señora del tercero de la derecha.
Finalmente, fue el tercero y avínole lo que al primero y al segundo. Viendo yo esto, no quise dejar de probar la suerte, y, así como llegué a ponerme debajo de la caña, la dejaron caer, y dio a mis pies dentro del baño.
El primero que oprimió á los Cristianos de Córdoba con exacciones fué Alahor, tercero que gobernó á España en nombre del Califa de Oriente desde 715 hasta 719. De este afirma el arzobispo D. Rodrigo en su Historia de los Arabes, que los desustanció.
Palabra del Dia
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