Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 26 de mayo de 2025
Y saludando a los forasteros con un gesto de bondad altiva y señorial, que Montenegro había visto muchas veces en doña Elvira, el temible Dupont hizo un ademán a su empleado para que le siguiese. Fuera de la bodega detúvose don Pablo, quedando los dos hombres al aire libre, con la cabeza descubierta, en medio de una explanada.
Estimó, en todo caso, que la perfidia con que acababa de obrar le dispensaba de toda gratitud y le devolvía su libertad de acción, y se propuso, no devolverla mal por mal, pero al menos impedirla que siguiese haciéndole daño. Sin embargo, por muy culpable que apareciese la señorita Guichard, había un hecho que no se la podía atribuir y era la correspondencia misma, punto de partida del incidente.
Freya hizo un ademán de protesta, al mismo tiempo que el marino se arrepentía de su generosidad... ¿Por qué favorecer á una mujer que le recordaba la muerte de su hijo?... ¿Qué había de común entre los dos?... Los viles amores de Nápoles harto los había pagado con su desgracia... Que cada uno siguiese su destino; pertenecían á mundos distintos... ¿Iba á tener que defenderse toda su vida de esta hembra pegajosa?
Tal vez la causa de que nos siguiese no fué para nosotras lisonjera, sino ofensiva; tal vez, al vernos solas y tan jóvenes, formó de nosotras una idea... Es posible... quizá al principio nos juzgó mal; pero, no lo dudes, juicio tan aventurado y poco favorable fué pasajero. No se sigue a quien no se estima, como nos siguió el Conde.
Don Braulio podía pensar lo que se le antojase de Rosita y de su marido; podía denigrar, allá en el fondo de su severa conciencia, la tertulia con sus tertulianos; pero ante el mundo, dentro de las condiciones de esta vida que vivimos, no podía oponerse, sin pasar por hurón, por celoso y por tirano, a que su mujer siguiese yendo a dicha tertulia.
El jumento está como conviene, la montaña cerca, la hambre carga, no hay que hacer sino retirarnos con gentil compás de pies, y, como dicen, váyase el muerto a la sepultura y el vivo a la hogaza. Y, antecogiendo su asno, rogó a su señor que le siguiese; el cual, pareciéndole que Sancho tenía razón, sin volverle a replicar, le siguió.
El venía a pie, con su bastón, y con dos españoles buenos, y un negro que lo quería como a padre suyo: porque es verdad que las Casas por el amor de los indios, aconsejó al principio de la conquista que se siguiese trayendo esclavos negros, que resistían mejor el calor; pero luego que los vio padecer, se golpeaba el pecho, y decía: «¡con mi sangre quisiera pagar el pecado de aquel consejo que di por mi amor a los indios!» Con su negro cariñoso venía, y los dos españoles buenos.
Por fin consiguió que su hija le siguiese, y aquella noche no la permitió volver al colegio. «Aquí no hay más madres que yo» dijo don Luis y desde entonces se consagró al cuidado y educación de su hija, sin perder por eso su desmedida afición a la cosa pública.
Lo mejor, sin embargo, dejando bromas a un lado, sería que así en España como en toda la dilatada extensión del nuevo Continente, que descubrimos y colonizamos, se siguiese hablando sin corrupción la lengua de Castilla, lazo de unión fraternal que no debe romperse.
Principió sus sesiones ocupándose de la renuncia que Bolívar habia hecho de su magistratura política, y determinó: que este leal y desinteresado patricio, mientras se daba al Estado un gobierno definitivo por medio de una Constitucion, siguiese como hasta alli en el desempeño de su cargo.
Palabra del Dia
Otros Mirando