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Actualizado: 4 de mayo de 2025
Muchos imprudentes les ayudan sin saber lo que hacen. Pero hoy es imposible distinguir. Demos un escarmiento. ¿Qué hacemos? Ahí á dos pasos está el cuartel dijo uno de ellos, que era militar de alta graduación. Voy á traer dos compañías. Las saco por la Ronda, y con gran sigilo las meto aquí en la huerta. Ni un hombre en la calle, ni un centinela, nada.
Míster Moore, su hermano materno, fué de Buenos Aires, estuvo una hora en la chacra y en cuatro días liquidó todo, volviéndose en seguida. Los indios se repartieron los perros que vivieron en adelante flacos y sarnosos, e iban todas las tardes con hambriento sigilo a comer espigas de maíz en las chacras ajenas.
Permaneció inmóvil y pensativo largo rato. Luego, como si despertara de un sueño, sacudió la cabeza y dejó escapar un suspiro. Se puso el sombrero, abrió la puerta y bajó con gran sigilo las escaleras. Al pasar por delante de la puerta del piso principal, pegó el oído a ella. Estuvo un momento escuchando, la faz demudada, los cabellos erizados.
Habló más, pero sin nueva sustancia; insistió mucho en que aquello debía quedar allí, y arrancó a Bonifacio la palabra de honor de que sólo él y su señora, si él lo creía decente, debían enterarse de lo sucedido. Nadie más. Ya ve usted, es delicado... y los maliciosos, sobre todo allá en el pueblo, si saben que yo vine... y entregué... enseguida caen en la cuenta. Mucho sigilo pues.
Yo hice á la patrona de la casa varias preguntas sobre la jóven, con todo el sigilo y refinamiento que me acudió; pero ¡triste de mi! no me valió aquella diplomacia. ¡Qué curiosos sois los extranjeros! dijo sonriéndose madama Fonteral, que así se llamaba la lechera.
He hecho creer primero á la chacha Ramoncica, con el mayor sigilo, que Nicolasa es hija mía. Le he dicho que un deber imperioso de conciencia me obliga á dotarla, ahora, que ella se va á casar. La chacha entiende poco de números. Se ha espantado, no obstante, de la enorme cantidad que yo quería dar por dote; pero la he echado de espléndido y me he supuesto más rico de lo que soy.
Apenas sospecha o quiere sospechar el padre Juan la existencia del mal moral y del mal físico. La ira de Dios es incomprensible para él. La justicia de Dios se desvanece en su infinita misericordia. El sentir y el pensar del padre Juan se van desenvolviendo, con profundo sigilo, en lo más íntimo y secreto de su alma.
Por respeto a su amiga, y porque en los lugares no anda la gente con sutilezas etéreas o pasadas por alambique, y porque con decir ella algo hubiera dado pie para que se añadiese mucho, doña Manolita ni a su padre confió el resultado de sus observaciones. Sólo le confió a Pepe Güeto, a quien nada ocultaba; pero exigiéndole el más profundo sigilo.
Al pequeño le llamaban el Mayor porque era el más antiguo o porque era el más rico. Prestaba dinero a las personas distinguidas, no era muy tirano en materia de réditos y plazos, y su discreción y sigilo eran proverbiales en la provincia.
Iba Fray Miguel enterándose vaga y confusamente de todas estas novedades. Como era poco comunicativo no decía a nadie la impresión que le hacían; pero la impresión era profunda, acrecentando su profundidad y su fuerza, la reconcentración y el sigilo con que en el centro de su alma lo escondía todo.
Palabra del Dia
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