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Actualizado: 6 de mayo de 2025
Esperad, voy á alumbraros y á guiaros, fray Luis; ¡bah! eso pasará, nos entenderemos y seremos los más grandes amigos del mundo. ¡Ah, ah! tú te quedas aquí, hija mía. No llores, que no hay para qué. Vamos, padre Aliaga. El bufón salió y cerró la puerta exterior. Después de cerrarla se detuvo.
51 He aquí, os digo un misterio: Todos ciertamente resucitaremos, mas no todos seremos transformados. 52 En un momento, en un abrir de ojo, a la final trompeta; porque será tocada la trompeta, y los muertos serán levantados sin corrupción; mas nosotros seremos transformados. 53 Porque es necesario que esto corruptible sea vestido de incorrupción, y esto mortal sea vestido de inmortalidad.
Vamos tras él, y hagámonos piratas, no codiciosos, como son los demás, sino justicieros, como lo seremos nosotros.
Dispénsame, pero los periódicas han dado la noticia de tu llegada... Y habríamos dejado agraviadas a todas nuestras relaciones si les hubiésemos quitado el placer de estar y de hablar contigo algunas horas... No tienes idea, amigo mío, de las suspicacias provinciales... Por otra parte, no seremos muchos... Estarán el presidente del tribunal, el secretario general de la prefectura, un segundo inspector y su esposa... y nadie más.
Ella lo arreglará, y se hará un documento en toda regla... Seremos falsarias y Dios bendecirá nuestro fraude». Le dio muchos besos, recomendándole que fuera bueno, y no hiciese porquerías. Apenas se vio Juanín en el suelo, agarró el bastón de Villuendas y se fue derecho hacia el nacimiento en la actitud más alarmante.
El artista, loco de contento, quería comunicárselo al atribulado padre, y medio se echó de la cama para decirle: «D. Francisco, no llore, que el chico vive.... Me lo dice el corazón, me lo dice una voz secreta.... Viviremos todos y seremos felices. ¡Ay, hijo de mi alma! exclamó el Peor; y abrazándole otra vez: Dios le oiga á usted. ¡Qué consuelo tan grande me da!
Vago siempre tu Pueblo y fugitivo, aunque en vano, del Dios verdadero desterrado de la tierra como otro Caín pavoroso, todo lo anda y en ninguna parte se sosiega, después que arrancado de su Patria, paga la pena de su ceguedad temeraria y manchado con la sangre de aquel Divino Cordero, que quiso más ver morir, que abrazarle por tu Mesías, escucha en todas partes las voces de su delito, que le tiene en tantos siglos, sin Ley, sin Rey, sin Templo, sin Sacrificio y sin Dios: cumpliéndose en él lo que tanto antes había profetizado David, que había de destruirle Dios hasta el fin del mundo, cuando los méritos de Cristo, le reducirá a su Fe y adorando un mismo Pastor, seremos un solo rebaño.
»Si la tradición se muestra veraz en todo lo que relata, no seremos nosotros quienes lo afirmen ni lo nieguen rotundamente; pero nuestra imparcialidad nos obliga á decir que se parece mucho á la verdad.
Seremos dos almas, dos pensamientos que se acariciarán sin dejar rastro de su pasión, con una pureza como nunca la imaginaron los poetas. Esta noche en que nos confesamos mutuamente, en que nuestras almas se abren la una a la otra, es la noche de nuestras bodas... ¡Bésame, compañera de mi vida!
Seremos amigos, ¿eh?... Esta es su casa, yo le consideraré como un camarada simpático; con lo de esta noche ha ganado usted en mi ánimo más que con un continuo trato; pero va usted a prometerme que no reincidirá en esas tonterías de admiración amorosa que han sido siempre el tormento de mi vida. ¿Y si no puedo?... murmuró Rafael.
Palabra del Dia
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