Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 16 de junio de 2025
Si tropieza, si cae, han acabado sus días. Pero, en medio del desfiladero, Yégof se volvió, sentose en una piedra, y los cinco lobos, alrededor de él, con el hocico levantado, se sentaron también en la nieve. Entonces sucedió algo verdaderamente estupendo: el loco, alzando el cetro, comenzó a hablarles, llamándolos por su nombres. Los lobos respondían con lúgubres lamentos.
1 Y vinieron a mí algunos de los ancianos de Israel, y se sentaron delante de mí. 2 Y vino Palabra del SE
Yo espero que ella será agradecida á tanto honor, y sabrá corresponder á él con su buena conducta. Pero, es preciso corregirse, niña dijo Paz; y si es verdad lo que el señor Elías nos ha dicho de usted ... y verdad debe ser cuando él lo dice.... Siéntese usted. Los dos visitantes se sentaron en dos taburetes, magníficas joyas del siglo decimoséptimo.
Martín, sin que lo notara nadie, se fué alejando de allí y bajó al pueblo corriendo. El llevar en su bolsillo su fortuna, le hacía ser más asustadizo que una liebre. A la hora en que los soldados formaban en la plaza, se presentó Martín y, al ver a Bautista, le dijo: Vete a la iglesia y allí hablaremos. Entraron los dos en la iglesia, y en una capilla obscura se sentaron en un banco.
Y del propio modo, ó sea con igual veneración que ya habíamos visto la estatua y la tumba del gran maestro, vimos después su aula y su cátedra..... El aula tiene los mismos bancos de tosco pino en que se sentaron los discípulos de Fray Luis. Dichos bancos se reducen á una viga sin alisar, para asiento, y otra por delante para apoyar el libro.
A lo largo de los dos costados había dos filas de bancos cubiertos con tapices de Persia, en los cuales se sentaron doce damas, unas en frente de otras, y apoyando sus espaldas en los bancos posteriores. Mucho más abajo, hacia el escenario, estaban algunos señores; junto al cancel del mariscal Grammont sólo había un grande.
En el jardín frente a la puerta de la sala se sentaron Lorenzo y Melchor, a quienes momentos después se agregó Baldomero, diciendo: Con permiso, don Melchor, si no incomodo. ¡No, Baldomero! ¡Al contrario! Aquí estamos tomando fresco y oyendo el piano.
Miguel, con gran desembarazo, las puso juntitas. En cuanto se sentaron, las muchachas del baile comenzaron a dirigirles miradas de curiosidad. La noche estaba estrellada, ni clara ni oscura. Entabló conversación, hablando del baile, del tiempo, de su viaje; agotó en un instante todos los lugares comunes.
25 Y se sentaron a comer pan; y alzando los ojos miraron, y he aquí una compañía de ismaelitas que venía de Galaad, y sus camellos traían aromas y bálsamo y mirra, e iban a llevarlo a Egipto. 26 Entonces Judá dijo a sus hermanos: ¿Qué provecho el que matemos a nuestro hermano y encubramos su muerte?
Ni yo abundo mucho de dinero, porque hace dos días mis manos están hechas un río; ¡qué suerte, señor, qué suerte! Y se encaminaron á la taberna. Cuando entraron en ella se sentaron junto á una mesa, en un rincón obscuro, desde el cual podían ver la puerta de la casa donde habían entrado el sargento mayor y la Dorotea.
Palabra del Dia
Otros Mirando