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Actualizado: 25 de octubre de 2025
Y señalando con su mano flaca, cubierta de guante canelo, una luz que a cierta distancia se veía, como farolillo de taberna o café, dijo entre suspiros: En donde está aquella luz se reúnen sus amigotes de usted.... Caballero, si me permite usted que le dirija un ruego, le diré que por nada del mundo sea usted masón.
Nadie acudió a recibirnos y desmontamos precipitadamente. De repente, Sarto oprimió mi brazo. ¡Mire usted! exclamó señalando al suelo. Vi a mis pies cinco o seis pañuelos de seda hechos trizas y me volví hacia él. Son los pañuelos con que até a la vieja me dijo. Asegure usted los caballos y sígame.
Vea me dijo dicen que aquella estrella es la estrella del amor... agregó señalando a Venus que titilaba como un diamante suspendido en el cielo. ¿Quién se lo ha dicho a usted? ¿don Camilo?... le pregunté. ¡Ja, ja! con qué tono me lo pregunta usted... ¿Cree usted que don Camilo tiene tiempo para fijarse en el cielo?... ¡Cómo no! ¿No se ha fijado en usted?
Y como en las noches anteriores, los durmientes se despertaron lanzando juramentos; mas á pesar de sus protestas, Rosalindo siguió viendo á la «Viuda del farolito» y su terrible luz. ¡Ahí! ¡ahí! gritaba despavorido, señalando al invisible fantasma.
En la vanguardia cristiana iba Scipión Doria con tres galeras; y como fué el primero en descubrir las turcas y no tenía instrucciones, arribó hacia la Real, señalando la presencia del enemigo con el disparo de una pieza.
¡Has hecho un párrafo que bien podría figurar en un tratado de psicofísica! le dijo Ricardo. Mejor estaría en el libro de tus memorias, cuando las escribas. ¿Tan cierto estás de mi conversión? Como que estoy viendo a Júpiter; fíjate qué maravilla dijo Melchor, señalando al astro. Realmente exclamó Lorenzo; qué bueno sería tener aquí un telescopio para observarlo y ver sus satélites. ¡Ah!
El viejo está allí hablando con madre prosiguió señalando un cuarto adyacente, que parecía ser una cocina, desde la cual la voz del viejo llegaba en tono de clemencia. Suéltame añadió el niño refunfuñando y dirigiéndose a Federico Bullen que le había agarrado envuelto en la manta y fingía quererle echar al fuego del hogar. ¡Déjame, maldito viejo loco! ¿oyes?
Ella balbuceó sin fuerzas: ¡Dios mío, Dios mío! La hora que acababa de transcurrir había sido tan angustiosa para sus almas turbadas que, inconscientes, permanecieron así en brazos uno del otro, creyendo vivir en un sueño. La joven fue la primera en reponerse; se apartó de Juan, y señalando la ventana: Es necesario abrir dijo no vemos a mi padre. Juan obedeció.
Y debajo, en el cristal del arroyuelo, se veía la imagen brillante y llena de flores de Perla, señalando también con su dedito. Niña singular, ¿por qué no vienes donde estoy? exclamó Ester. Perla tenía extendido aun el dedo índice, y frunció el entrecejo, lo que le comunicaba una significación más notable, atendidas las facciones infantiles que tal aspecto tomaban.
Llegaron a la gran capital de la república francesa en una mañana nebulosa y turbia, y los asaltaron en la estación innumerables comisionados de las fondas, señalando cada cual al respectivo ómnibus, y pugnando por llevarse consigo a la gente.
Palabra del Dia
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