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Actualizado: 16 de junio de 2025
La canción de Bautista era de una salvaje melancolía; Martín lanzó un grito, el irrintzi, como una larga carcajada, o un relincho salvaje terminado en una risa burlona. Capistun, como protestando, cantó: Del castelet a l'aube sort Isabeu, es blanquette sa raube como la neu.
Sous Sa Majesté Louis-Philippe! Otro aspecto de ese mundo infinito de París, en el que se confunden todas las grandezas y miserias de la vida, desde las alturas intelectuales que los hombres veneran, hasta los ínfimos fondos de corrupción cuyos miasmas se esparcen por la superficie entera de la tierra, es la sesión anual del Instituto para la distribución de premios.
En malayo, uno, se expresa por la voz satu que, según, Crawfurd, es una contracción de sa-batu, una piedra, lo mismo que el javanés sidji de sa-bidji, un grano, lo cual me parece viene en apoyo de lo que acabo de decir: la idea de uno expresada por sa, se confirma y como se particulariza haciéndola seguir de una expresión que significa un objeto único que no recuerde más que la cantidad uno.
En este número pueden ponerse Camoens, Gil Vicente, Bernardín Riveiro, Mousinho de Quevedo, el P. Vieira y dos condes y una condesa de Ericeira. Otros son tan ilustres y tan dignos de serlo en Portugal como en Castilla; así, por ejemplo, Sa de Miranda.
Y es lo que puedo decir, exigido del sumo amor al real servicio, de mis superiores y de la patria, y del deseo positivo de la libertad de enemigo tan temerario, salvando en todo el mejor dictámen y parecer. Informe sobre el puerto de San José, por D. Custodio Sá y Farias.
Hombre, yo no conosco bien el espíritu del ejérsito, pero a mí me parese ¿sabe? que no debe busté intentar nada en Madrit; debe trabajar el ejérsito del Norte o el del Sentro. Después que le dije esto, sa quedó muy pensativo, y a los pocos días fue cuando sa escapó a Sagunto a ponerse al frente del ejérsito del Sentro, y ya saben lo que pasó.
¿Se fué el venturao de Dios?... ¡Mariduco de mis entrañas!... ¿Lloraba, tío Miguel?... ¿Sa alcordó anguna vez de mí?... ¡Dígamelo, tío Tremontorio, que se me está partiendo el alma de pura congoja!... ¿Irá muy lejos?... ¿Volverá?... ¿Tardará mucho?... ¡Ay de mí, probe!... ¡Sola me dejó y sin arrimo!... ¡Hasta el de las inocentes criaturas me falta!... ¡Las que parí, tío Miguel; las que crié á mis pechos! ¡Me las han arrancao de casa!... ¡Bien sé yo quién!... ¡Bien sé yo por qué!... ¡Pero al otro mundo no ha de ir á pagarlo la muy sinvergüenza, cuentera y borrachona!...
Escusado parece decir que la e que precede estos nombres es una enunciativa, la misma que sa en tagalog. No tengo, de la lengua referida de Timor-Laut, más que una corta lista de palabras, con la que no me es posible saber si nim ó ni tiene otro significado además del de la cifra seis.
Con mucho juicio toca y dilucida doña Emilia en su elegante discurso otras importantísimas cuestiones. Es la primera la cuestión religiosa, a mi ver algo anacrónica y exótica: anacrónica, porque parece más propia de las edades pasadas que de la edad presente, y exótica, en mi opinión, porque yo me atrevo a sospechar que, si en Francia no estuviese de moda perseguir hoy a los frailes, acaso no se hubiese desenvuelto tanto entre nosotros el afán de remedar a Francia en dicha persecución librepensadora, y tan contraria a la libertad bien entendida. Yo apelo a un librepensador, francés también, y contrario a tales persecuciones. Beranger dice: A son gré que chacun professe Le culte de sa déité; Qu'on puisse aller même
Y pugnaba con la madre por apartarla del ataúd, por obligarla á que entrase en el estudi y no presenciase el terrible momento de la salida, cuando el albat, levantado en hombros, alzase el vuelo con las blancas alas de su mortaja para no volver más. ¡Fill meu!... ¡rey de sa mare! gemía la pobre Teresa. ¡Hijo mío!... ¡rey de su madre! Ya no lo vería más: un beso... otro.
Palabra del Dia
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