Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 16 de junio de 2025
Los personajes colocados en escena deberían hablar en su lenguaje peculiar y propio, con su originalidad, su gracia y sus defectos naturales, porque despojados de ese ropaje, lo serían igualmente de su carácter típico, que es lo único que los hace simpáticos, conservando la imitacion y la verosimilitud en el fondo y en la forma.
Si mi hijo se salva, me comprometo á dormir en él lo que me queda de vida, y á no comer más que las bazofias que tú comes. A buenas horas y con sol. Usted quiere ahora poner un puño en el cielo. ¡Ay, señor, á cada paje su ropaje! A usted le sienta eso como á la burra las arracadas. Y todo ello es porque está afligido; pero si se pone bueno el niño, volverá usted á ser más malo que Holofernes.
Por fortuna, se había confinado en la literatura regional, y su inspiración no admitía otro ropaje que el del verso valenciano. Fuera de Valencia y sus pasadas glorias, sólo la Grecia merecía su admiración. Una vez al año le veía Ulises puesto de frac, con el pecho constelado de condecoraciones y una cigarra de oro en la solapa, distintivo de los felibres de Provenza.
De aquí una cierta tendencia, que constantemente se manifestaba en sus trajes, hacía el ropaje, esto es, hacia la amplitud de los pliegues, hacia la vestidura larga. Su figura gallarda, majestuosa, ganaba mucho de esta manera. Algo la pronunció después de casada, pero no llegó a exagerarla, retenida por su buen gusto. Solía vestirse de blanco.
Entre todos los bellísimos palacios del Gran Canal, descuella y sobresale el de Pésaro: se compone de tres cuerpos, cada uno enriquecido con esbeltas columnas de los mas preciados mármoles, vestido con el brillante ropaje de las arquitecturas gótica y árabe: con un opulento lujo de preciosos ornamentos que léjos de hacerle degenerar en churigueresco aumentan la belleza de su severidad.
¿En dónde principia esa Vírgen? No se sabe. Un ropaje magnífico oculta sus piés. ¿En dónde acaba? No se sabe. El dedo índice de su mano derecha señala á lo alto, y el cielo es un espacio que no tiene confines.
Es secreto agregó que a ti mismo se te asconde. Nombrole a Beatriz y díjole los pormenores de su desengaño y los sentimientos indiscernibles que se movían en su corazón. El doloroso recuerdo, que él creía inhumado para siempre, aparecía ahora evocado por aquella mujer, extendido, sacudido ante sus ojos, cual emocionante ropaje de otros tiempos.
El ropaje negro del cura revelaba desaseo, y este detalle bien observado por Fortunata la ilusionó otra vez respecto a la santidad del sujeto, porque en su ignorancia suponía la limpieza reñida con la virtud. Poco después, notando que su futuro hermano político olía, y no a ámbar, se confirmó en aquella idea.
Mas, en lo alto, los vientos con sus marchas Pasan para engarzar vivas escarchas En derredor del cristalino encaje Que en excelso ropaje El tronco viste... ¡signo de grandezas! Bajo una blanca trama de finezas. Misterioso tamiz de las virtudes Que alcanzan a divinas altitudes, y parece una espléndida bandera Que cubre un mástil de genial quimera.
En la pared de enfrente había puesto un cromo: El último Concilio Ecuménico, reunión de viejos vestidos de rojo, sentados en semicírculo como los obispos en el primer acto de La Africana, entre los cuales resaltaba, por su blanco ropaje, un señor a quien venía a decir secretos al oído una paloma que entraba por una ventana, semejando estar envuelta en un rayo de luz.
Palabra del Dia
Otros Mirando