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Actualizado: 5 de junio de 2025
Si os aventurais á ir á ver á la reyna, le dixo, acelerais su muerte; y si hablais con el rey, tambien es perdida. Yo me encargo de su suerte, seguid vos la vuestra: esparciré la voz de que os habeis encaminado hácia la India, iré pronto á buscaros, y os diré lo que hubiere sucedido en Babilonia.
Ni al caballerizo mayor ni al primer eunuco les quedó duda de que habia robado Zadig el caballo del rey y la perra de la reyna; conduxeronle pues á la asamblea del gran Desterham, que le condenó á doscientos azotes y seis años de presidio.
Todas las hermosas damas de Babilonia aplaudiéron esta eleccion, porque nunca habia habido ministro tan mozo desde la fundacion del imperio: todos los palaciegos la sintiéron; al envidioso le dió un vómito de sangre, y se le hincháron extraordinariamente las narices. Dió Zadig las gracias al rey y á la reyna, y fué luego á dárselas al loro.
Zadig cobra en fin algún aliento, se para, esquiva un golpe de Otames, no le da vagar, le derriba, le desarma, y Otames exclama: Caballero blanco, á vos es debido el trono de Babilonia. No cabia en sí la reyna de alborozo. Lleváron al caballero azul y al caballero blanco, á cada uno á su aposento, como habian hecho con todos los demas, cumpliendo con lo que mandaba la ley.
Fué recibida la reyna en Babilonia con aquel júbilo con que se recibe siempre una princesa hermosa y desdichada. Entónces Babilonia parecia algo mas quieta: el príncipe de Hircania habia perdido la vida en una batalla, y los Babilonios vencedores declaráron que Astarte se casaria con el que fuera elegido por soberano.
A los coperos 1500. A los monteros despinosa 2000. A los monteros de la guarda de ventura 1500. Al aguadero 300. A gonzalo deslaua portero del consejo 500. A gutier fernandez de alcala en cuenta de 6000 mrs. que la dha. cibdad le mando dar 4000. A los aposentadores e oficiales de la señora reyna 5000.
Concluida la fiesta, quiso visitar á la reyna principal que en aquel hermoso palacio habia anunciado tan sublime y acendrada moral.
Caballero, ¿quantas composiciones dramáticas tienen vms. en Francia? dixo Candido al abate; y este respondió: Cinco o séis mil. Mucho es, dixo Candido; ¿y quantas buenas hay? Quince ó diez y seis, replicó el otro. Mucho es, dixo Martin. Salió Candido muy satisfecho con una cómica que hacia el papel de la reyna Isabel de Inglaterra, en una tragedia muy insulsa que algunas veces se representa.
Al dia siguiente, sentada la reyna baxo un dosel guarnecido de piedras preciosas, y llenos los anfiteatros de todas las damas y de gente de todos estados de Babilonia, se dexáron ver en el circo los mantenedores. Puso cada uno su mote á los piés del sumo mago: sorteáronse, y el de Zadig fué el postrero.
Era el tal mudo muy afecto á la reyna y á Zadig, y escuchó con no ménos asombro que horror dar la órden de matarlos ámbos. ¿Mas cómo haria para precaver la execucion de tan espantosa órden, que se iba á cumplir destro de pocas horas? No sabia escribir, pero sí pintar, y especialmente retratar al vivo los objetos.
Palabra del Dia
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