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Actualizado: 2 de julio de 2025


Leonora, loca de amor y de despecho, le persiguió, fue a llamar a su puerta como una criada, sintió una amarga voluptuosidad viéndose por primera vez despreciada y desconocida, hasta que una reacción de carácter hizo renacer en ella su antigua altivez. Se acabó el amor. ¡Adiós a los artistas! Gente muy interesante, pero nada quería ya con ellos.

También la abundancia había hecho renacer la alegría en la barraca de Batiste. La cosecha hacía olvidar al albaet. Únicamente la madre delataba con repentinas lágrimas y algún profundo suspiro el fugaz recuerdo del pequeño.

No hay poder más absoluto en la tierra: ni el del Gran Turco, que en cierto modo es responsable, por el miedo a las revoluciones del serrallo. Aquí, en el serrallo de la Iglesia, todos somos menos que hembras. Y si surge un cura que, cansado de persecuciones, siente renacer el hombre dentro de la sotana y le larga una puñalada a su tirano, lo declaran loco. ¡El colmo de la hipocresía!

Así hacía perder la pista a los que buscaban la causa de su salida de la casa. Doña Paula estaba muy satisfecha de esta conducta. El mismo Gonzalo, comprendiendo que no se le podía exigir más, se mostraba con él atento y cortés. La tranquilidad había vuelto a renacer entre los jóvenes esposos.

Pero el gigante, excitado por los perfumes silvestres y sintiendo renacer su vigor con este deporte extraordinario á través de una selva que tal vez tenía mil años y no era más alta que su cabeza, rió del miedo de la traductora y de los emperadores de cinco siglos antes.

Mi clarividencia, en este punto, no es completa todavía replicó el anciano ; pero entreveo y percibo en la penumbra confusa de mis recuerdos ultranatales que he muerto y renacido ya treinta veces en esta mansión terrenal. Y todavía poco y todavía para seguir estudiando tendré que morir y que renacer dos o tres veces más antes de alcanzar el nirvana. ¿Y qué es el nirvana? dijo Morsamor.

ASCLEPIGENIA. Una doncella tan sabia, educada con esmero en Atenas; una poetisa tan inspirada como , en quien veo renacer, en edad temprana, las altas prendas de Hipatia, no podía menos de comprender este amor mío que descuella sobre mis otros amores. ATENAIS. Es un dolor que no pueda ser el único. ASCLEPIGENIA. La culpa, hasta cierto punto, la tiene el pícaro misticismo. Por él nos separamos.

Aquella mutua salvación había permanecido ignorada de entrambos durante muchos días. Ninguno de los dos, al sentirse renacer por obra del otro, había creído posible, sin embargo, que semejante milagro se hubiese realizado por su propia virtud.

Esos monasterios conservadores fueron otros tantos monumentos a la religión, a la justicia y a la verdad. La manía de la perfección, de donde derivan todas nuestras desviaciones y todos nuestros errores, estaba a punto de renacer; el mundo iba a civilizarse quizás una vez más.

Del renacer de las esperanzas humanas; de las promesas que fían eternamente al porvenir la realidad de lo mejor, adquiere su belleza el alma que se entreabre al soplo de la vida; dulce e inefable belleza, compuesta, como lo estaba la del amanecer para el poeta de Las Contemplaciones, de un «vestigio de sueño y un principio de pensamiento».

Palabra del Dia

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