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Actualizado: 11 de junio de 2025
En la novena a San José (Manila, 1910), después de recordarle su parentesco con Dios, se afirma que no hay patrocinio más eficaz para alcanzar lo que se pide que el suyo (pág. 7). "Necesitando todos del favor divino, es cierto que no faltará este al que, confiado, se acogiera al amparo del Señor San José" (pág. 29). "San José socorre al menesteroso, da salud al enfermo, consuela al afligido, envía lluvia, contiene los hielos, multiplica los frutos, favorece en las tempestades, en los caminos, en los naufragios *
En su corazón no cabía, no era posible que cupiera la duda, después de oírla; y si la voz de un demonio atormentador resonaba internamente para recordarle el deber social de no darse por satisfecho, él parecería como que aplazaba para más tarde la investigación de la evidencia en aquel asunto, abandonándose por entonces á la efusión consoladora del afecto que sentía tan vivo como antes.
Al otro día, el doctor, seguro ya de que Magdalena no sufriría por el momento ninguna recaída, comenzó a salir de casa para dedicarse a sus quehaceres habituales. Tenía que ir a palacio para explicar al rey su conducta y debía también visitar al ministro de Negocios Extranjeros para recordarle su promesa relativa a la misión que se encargaría a Amaury.
Recordarle en tales momentos antiguos títulos de amistad, era todo nuestro afán, y hallar su memoria accesible á los evocados recuerdos, el mejor negocio para nosotros, condenados á fumar anís á pasto, y, lo que aún era peor, los pitillos de cinco al cuarto que vendía Godos en la subida de los Remedios; pitillos que transcendían á demonios desde media legua, y lo mismo tumbaban chicos que cañas un vendaval recio.
¡Hable usted, pues! exclamó . ¡Me tiene usted en ascuas! Antes de pasar adelante, señor duque, debo recordarle que desde hace tres años soy el mejor amigo de la casa. Puede usted decir el único sin temor a ser desmentido. El honor de su nombre me es tan caro como a usted mismo, y si... ¡Va bien! ¡va bien!
Son los grandes mojones que el Criador coloca a trechos en la creación para recordarle su origen: por ellos se ha dicho sin duda que Dios ha hecho el hombre a su semejanza. ¡Sesostris, Alejandro, Augusto, Atila, Mahoma, Tamerlán, León X, Luis XIV, Napoleón! ¡Dioses en la tierra!
Además, tengo placer en oir cantar á los pajarillos bajo mi soto de ojaranza, y en edificar mi catedral en las nubes que pasan. Todo esto puede ser muy ridículo; pero me atrevo á recordarle que estas ilusiones son los tesoros del pobre, que el señor y yo no tenemos otros, y que tenemos la singularidad de no quejarnos.
Y aunque acerca de esto último nada tiene que decir el Fiscal, sino poner á la vista de V.S. el plan presentado á fojas 47, por el Reverendo Padre procurador general de estas misiones: pero en cuanto á lo demas, no puede menos que recordarle la memoria de lo que dispone la ley 2, título 4, libro 4 de las Recopiladas de estos reinos.
El hecho que parezca menos importante, una palabra, una nonada, pueden ponernos en el camino de la verdad. Si la pasión impulsa a usted a castigar a un asesino, la conciencia debe recordarle que la justicia no reconoce pasiones. ¿La habló usted de su amor? Sí. Y Roberto Vérod temblaba.
Palabra del Dia
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