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Actualizado: 21 de junio de 2025
Castelli, Rico y Olmos Al frente de sus bravos A los torpes esclavos Prometen humillar. Y en alto los aceros Al combate! gritaron, Y al combate volaron Al son de himno triunfal. En su entusiasmo de héroes, En sus nobles facciones, Conoceis los campeones De Salta y de Maipú?
A pesar de la falta de terreno para las construcciones fáciles, esa ciudad está destinada á prosperar mucho, gracias á su ferrocarril, sus comunicaciones marítimas y el canal de Castilla. Sus riquísimos bosques le prometen á la provincia una fecunda explotacion de maderas de construccion.
Mira la mala cristiana Que consejo dá al muchacho, Sí, que no estaba borracho Como tú, falsa, liviana. Madre, alfin que no me quedo? Qué me llevan estos moros? Contigo van mis tesoros. A fe que me ponen miedo. Mas miedo me queda á mí De verte ir á do vas, Que nunca te acordarás De Dios, de tí, ni de mí; Porque estos tus tiernos años Qué prometen sino aquesto?
Cuando don Quijote se vio de aquella manera enjaulado y encima del carro, dijo: -Muchas y muy graves historias he yo leído de caballeros andantes, pero jamás he leído, ni visto, ni oído, que a los caballeros encantados los lleven desta manera y con el espacio que prometen estos perezosos y tardíos animales; porque siempre los suelen llevar por los aires, con estraña ligereza, encerrados en alguna parda y escura nube, o en algún carro de fuego, o ya sobre algún hipogrifo o otra bestia semejante; pero que me lleven a mí agora sobre un carro de bueyes, ¡vive Dios que me pone en confusión!
Sí será, si la soledad que prometen estas sierras no me miente. ¡Ay, desdichada, y cuán más agradable compañía harán estos riscos y malezas a mi intención, pues me darán lugar para que con quejas comunique mi desgracia al cielo, que no la de ningún hombre humano, pues no hay ninguno en la tierra de quien se pueda esperar consejo en las dudas, alivio en las quejas, ni remedio en los males!
No pocos hombres, sobre todo si son forasteros y no la conocen, se figuran lo que quieren, se las prometen felices, y se atreven a requebrarla y hasta a hacerle poco morales proposiciones. Ella entonces los despide con cajas destempladas.
Bien poco durarán estos enojos, Que ya la muerte viene apercebida Para llevar en presto y breve vuelo A quantos pisan de Numancia el suelo: Principios veo que prometen presto Amargo fin á nuestra dulce tierra, Sin que tengan cuidado de hacer esto Los contrarios ministros de la guerra; Nosotros mismos á quien ya es molesto Y enfadoso el vivir que nos atierra, Hemos dado sentencia inrevocable De nuestra muerte, aunque cruel, loable.
Estaba pronto á ejecutar bajo su dirección todas las diligencias necesarias; pero abandonado á mí mismo, no sabía absolutamente hacia qué lado dirigir mis pasos. Le creía uno de esos hombres que prometen poco y hacen mucho. Temo haberme engañado. Esta mañana me determiné á ir á su casa con el objeto de devolverle los documentos que me había confiado y cuya triste exactitud he podido comprobar.
¿Usted ha visto a la criada? ¿Una mujer gruesa? Enorme. Vaya, no será nada dijo el señor Le Bris . Querido señor Stevens, es la hora del desayuno y usted hará muy bien en acompañarnos. La muerta está perfectamente, yo se lo aseguro. El señor Stevens, hombre grave, no comprendió la ironía. El doctor añadió: ¿La ley inglesa castiga a los que prometen suicidarse y no cumplen su palabra?
No hay águila, ni ninguna otra ave de rapiña que más presto se abalance a la presa que se le ofrece, que nosotros nos abalanzamos a las ocasiones que algún interés nos señalen; y, finalmente, tenemos muchas habilidades que felice fin nos prometen; porque en la cárcel cantamos, en el potro callamos, de día trabajamos, y de noche hurtamos, o, por mejor decir, avisamos que nadie viva descuidado de mirar dónde pone su hacienda.
Palabra del Dia
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