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Actualizado: 24 de mayo de 2025
No osando, pues, declarar la guerra al temible prelado, y oponerse directamente a sus intenciones episcopales, procuraba encontrar algún medio indirecto para obtener el mismo fin y poner a su tío en el caso de que fuese él mismo quien renunciara a su proyecto.
¡Muy bien, Georgi Timofeievich! respondió con voz débil, sonriéndole afectuosamente . Me gusta mucho verle a usted trabajar. Pomerantzev no ignoraba que la enfermera estaba enamorada de él, y, aunque no podía corresponder a tal amor, respetaba sus sentimientos y procuraba no comprometer a la muchacha con cualquier imprudencia.
Si percibía entre las zarzas alguna madreselva, aunque se arañase las manos, ya estaba saltando á cogerla para ofrecérsela. Otras veces procuraba quedarse atrás para contemplarla á sabor. La condesa sentía sobre su espalda la mirada amorosa del joven, y sonreía. Caminaban por la margen del río, cuyo declive hasta entonces había sido bastante suave.
Procuraba satisfacerlos, y, viendo que no bastaba, salíme de su casa y fuime a ver a mi amigo don Diego, al cual hallé en la suya descalabrado, y a sus padres resueltos por ello de no enviarle más a la escuela.
Una gran pasión vino á endulzar los últimos años de su vida, pasión mística que le procuraba goces inefables.
Así es como ella, dice un poeta contemporáneo, procuraba acercarse a Dios y romper las ligaduras de la cárcel de su carne como valerosa guerrera del amor del Señor...» Basta, no leas más: ¿qué te parece? Ya he leído muchas veces esto mismo.
Aborrecía todo lo extranjero, y muy particularmente aquel París, donde imaginaba que los Quiñones de León no tenían influencia muy decisiva. Hasta sospechaba vagamente, con horror, que eran desconocidos. Por supuesto que procuraba apartar la mente de tan disparatada idea. Si llegase a penetrar por completo en su espíritu, ¿qué le restaba al noble caballero? Morir, y nada más.
Echó a correr monte arriba. «¡Pero ese hombre está loco!», pensaba Quintanar, que le seguía jadeante, con un palmo de lengua colgando y a veinte pasos otra vez. El Magistral procuraba orientarse, recordar por dónde había bajado pocas horas antes de la casa del leñador.
No sé qué se fue, que, en acabando de decirme esto, se le llenaron los ojos de lágrimas y un nudo se le atravesó en la garganta, que no le dejaba hablar palabra de otras muchas que me pareció que procuraba decirme.
No tenía tampoco doña Luz un corazón de cal y canto, sino un corazón muy compasivo y afectuoso; se dolía de los males y desgracias del prójimo, procuraba remediarlos, los consolaba a veces, y en esto consumía parte de su actividad.
Palabra del Dia
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