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Actualizado: 9 de octubre de 2025
Por estas razones al fin se consiguió que se despachasen nueve correos ó postas, los que por todas partes avisáran y movieren á los confederados. Tambien el capitan de la Concepcion estaba ya con una partida de 150 hombres en sus estancias que confinan con las de San Miguel, y para completar dicha partida se enriaron otros 60 del pueblo.
La vía nueva trazáronla los vapores ingleses combinados con el ferrocarril de Suez. Ya en 1840 las casas que traían directamente el género de Cantón no podían competir con las que lo encargaban a Liverpool. Cualquier mercachifle de la calle de Postas se proveía de este artículo sin ir a tomarlo en los dos o tres depósitos que en Madrid había.
Vigiló mucho el labrador, presintiendo una emboscada; pero de nada le sirvió su cautela, pues una tarde en que regresaba solo á su casa, cuando aún no había terminado la roturación de sus nuevos campos, le largaron dos escopetazos, sin que viese al agresor, y salió milagrosamente ileso del puñado de postas que pasó junto á sus orejas. En los caminos no se veía á nadie. Ni una huella reciente.
Habían pasado algunas horas de una tortura aguda que se hacía más dolorosa a medida que me alejaba de ella. Mandé al conductor que volviese a Madrid. Luego, le ofrecí una recompensa por cada minuto que ganase. La silla de postas volaba. Yo me había propuesto apurar mi destino cediendo sin resistencia a los impulsos de mi corazón.
Don Paco estaba ya casi encima del bandido, y al mismo tiempo que éste disparaba, le sacudió tan tremendo garrotazo en el brazo izquierdo, que le hizo soltar el arma y dar con ella en el suelo. El tiro salió antes, pero torcida ya la dirección, las postas, sin tocar a don Paco, fueron a agujerear el muro.
Entraba en tierra extranjera, y como soldado que se prepara á combatir apenas cruza la frontera enemiga, Batiste buscó en su faja las municiones de guerra, dos cartuchos con bala y postas fabricados por él mismo, y cargó su escopeta. El hombretón rió después de hacer esto. Buena rociada de plomo iba á recibir todo el que intentase cortarle el paso.
Del paso del Rio de Arrecifes á las Chacras hay 5 leguas, las cuales me demoraban al O 46° N. El paso de este rio es algo dificultoso, porque la bajada es muy pendiente y expuesta: su anchura entre las orillas, como de 60 varas, su fondo firme. De las Chacras á los Manantiales de Morales hay 8 leguas, los cuales demoraban al O 30° NO: en este parage hay varios ranchos y postas.
Y todo por darse el gusto, la muy bruta, de vivir en Madrid, de ser señora, de mirar por encima del hombro a las pobres traperas... ¿No era la industria de sus padres tan respetable como otra? Pagamos contrebución, Isidrín, como cualsiquiera de los que tien tienda en la calle de Postas. No hay mas que ver lo que se nos lleva el Ayuntamiento por la licencia: un porción de dinero.
Renobose el combate, y en las mujeres creció él ánimo con el peligro, llenas de sangre y heridas tan asistentes en sus postas, que algunas de ellas con cinco heridas en el rostro no quiso dejar la suya, juzgando con tan honrado puesto como ocupar el que el marido debiera tener, no se habia de perder sino con la vida.
Pero esta suspensión de su movimiento fue pronto vencida del prurito de lógica que le dominaba, y se dijo: «No; voy a casa, y han dado ya las diez... Luego, no debo detenerme». Siguió por la calle de Postas y Vicario Viejo, y antes de desembocar en la subida a Santa Cruz, vio pasar a Aurora, que salía de la tienda de Samaniego para ir a su casa. «¡Qué tarde va hoy!» pensó, siguiendo tras ella por la calle arriba, hacia la plazuela de Santa Cruz, no por seguirla, sino porque ella iba delante de él, sin verle.
Palabra del Dia
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