Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 14 de junio de 2025


María Teresa y Diana pasaban y volvían a pasar entre todos, ofreciendo tazas de chocolate, de , y en platos de cristal tallado, muffins, pastas, dulces, bombones, y, entretanto, las frases se cruzaban, los apartes se deslizaban. En cierto momento, con toda inocencia, Max Platel se aproximó a Huberto: La señorita María Teresa es una armonía viva dijo, mientras su mirada la seguía por el salón.

Pero, señorita respondió Platel sentándose al lado de la señora d'Ornay, estoy cierto que cuando usted no está, son esos los sentimientos que se manifiestan... ¿Lo cree usted? replicó Diana. Yo pienso que un novelista vale por varias mujeres lindas.

Sabía hablar con gracia, sin dejar de comer sandwiches de caviar. ¡Qué espiritual es usted! repetía continuamente al joven literato. Nadie como usted me entretiene tanto... Entonces todo va bien en el mejor de los mundos aprobaba Platel.

Y como Max Platel constituye el atractivo de la playa, por el momento a lo menos, sería preciso ser muy ignorante o muy culpable para no servirlo con el , los muffins y los bombones a la violeta. ¿Por qué esa correlación? preguntó Alicia de Blandieres. ¿Acaso Max Platel es un literato a la violeta? ¿Max Platel?... es un amigo excelente interrumpió María Teresa.

No proclame su triunfo; Baugrand no ha venido hoy, pero mañana... ¡Ah, ésta es buena! mañana, es el porvenir, y el porvenir es de Dios, según dice el poeta. María Teresa se sonrió, y reuniéndose al grupo de sus amigos, Martholl y ella llegaron en el instante en que Platel declamaba a la linda Mabel d'Ornay: ¡Qué deliciosa vida llevamos!

Alicia tomó cómicamente la mano de la joven, y sacudiéndola con fuerza: ¡Qué hermoso ejemplo de desinterés da usted, Mabel, no atesorando sus flirts y poniéndolos a la disposición de sus amigas! Pero, si Martholl no es mi flirt gimió Mabel, mirando con inquietud hacia Max Platel. Entonces, mejor, si es una tierra libre para conquistar continuó alegremente Alicia.

Max Platel, sintiéndose en disposición de dar una conferencia, y halagado por su éxito, que leía en las sonrisas plácidas y en las miradas atentas de su auditorio femenino, continuó: Las mujeres no se imaginan bastante, creo, la importancia de la estética en el vestido. No es que las acuse de falta de coquetería, ¡oh, no! Lamento solamente que no tengan siempre el gusto seguro.

Desde el principio de la estación, Max Platel se mostraba muy solícito con ella; la joven estaba envanecida, pues el novelista a un exterior atrayente reunía una reputación lisonjera, y la circunstancia de que se le reconociera talento, aumentaba el mérito de sus atenciones. Y nuestro amigo Huberto Martholl ¿cómo es que no se encuentra ya aquí? preguntó Diana.

Palabra del Dia

irrascible

Otros Mirando