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Actualizado: 26 de junio de 2025
Perdóneme esta indiscreción; pero he visto desde el camino a la señorita Diana que desaparecía tras de los pinos, y no he podido resistir el deseo de verla a usted una vez más, de encontrarme a solas un instante con usted, para darle un adiós menos trivial... ¿El primero lo era entonces? En la forma, si no en el fondo... ¡Siento tanto marcharme! ¿Tanto? Mucho más de lo que pudiera expresar.
Como necesitaba seguir trabajando, me sentí atraído por la soledad bravía del Cap-Ferrat, península que avanza en el mar su lomo cubierto de pinos. Durante unos meses viví en el Gran Hotel del Cap Ferrat como en un convento abandonado. Muchos días fuí su único huésped, llevando una vida de familia con su director y sus escasos domésticos.
Conserva ya este lugar escasos vestigios de lo que ha sido un dia; mas no deja de tener aun interes, ora se atienda á su pintoresca posicion en una de las vertientes de la Sierra, ora al realce que le dan las frondosas arboledas de los cerros de cuyo fondo se destaca, ora al espectáculo que desde alli presenta la ciudad cuando el sol no ha logrado disipar aun la neblina en que está ligeramente envuelta, ora á las ideas que inspira la memoria de haber sido enterramiento , ora por fin á que corren debajo de ella entre paredes de estaláctitas aguas puras y cristalinas que brotan gota á gota del seno de las peñas . Detras de la Arrizafa corren á lo largo las faldas de la Sierra, coronada de pinos: allá en las faldas mismas blanquea entre los bosques una que otra ermita: ¡ah! el corazon se ensancha al ver tanta belleza, al contemplar tan deliciosa soledad, tan dulce calma.
Los peñascos azulados o rojos asomando sus cabezas a los lados del camino; pinos y cipreses saliendo de sus hendiduras, extendiendo sobre la yerma tierra sus raíces tortuosas y negras como enormes serpientes; a trechos, blancas pilastras con tejadillo, y en el centro, ocupando un hueco, azulejos con los sufrimientos de Jesús en la calle de Amargura.
Lo decía ella, que le había admirado desde los tiempos en que iba con pantalón corto y lo llevaba de la mano a pasear entre los pinos inmediatos al castillo de Bellver. Era un Febrer, de aquella familia de señorones arrogantes, y con esto quedaba dicho todo.
Demasiado sabes la afición que tengo a los pasajes, y sobre todo a los del mar... ¿Por dónde se va? Sígueme..., ya verás. Marta emprendió la marcha hacia un bosque de pinos situado no muy lejos de la casa y Ricardo la siguió. Vestía la niña un traje azul marino, con adornos de encaje blanco, y en la cabeza llevaba sombrero de paja adornado con una guirnalda de campanillas rojas.
Es de mucha estimacion por su hermosura y duracion; y no debo omitir que por medio de los rios de Nahuel-huapí, Sanquel, y Longen, se podrian trasportar grandes cantidades de este árbol, pinos, &a., al gran rio de los Sauces, y á la Bahía de San Matias, para la construccion de navios, casas, &a.
Pero, en fin, ¿quién será el bruto que saluda a la aurora en el fondo de los bosques con un tambor?... Aunque miro, no veo a nadie... no diviso nada más que las matas de alhucema y los pinos que se precipitan cuesta abajo hasta el camino... Quizá se oculta en la espesura algún duende, resuelto a burlarse de mí... Sin duda, es Ariel o maese Puck.
»Un molino harinero de viento, situado en el valle del Ródano, en la Provenza, sobre una ladera poblada de pinos y carrascas; cuyo molino está abandonado desde hace más de veinte años e inservible para la molienda a causa de las vides silvestres, musgos, romeros y otras hierbas parásitas que ascienden por él hasta las aspas.
Sólo una tenue brisa cargada con los acres olores de los pinos de la orilla venía a besar tímidamente la espalda turgente de las aguas y los cuellos no menos turgentes y frescos de las señoras. No era todavía una brisa legítimamente marinera sino mestiza, con las cualidades de mar y tierra.
Palabra del Dia
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