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Actualizado: 13 de junio de 2025
El gigante lo tomó entonces con dos dedos de su mano izquierda, lo depositó en la palma abierta de su mano derecha y lo fué subiendo lentamente, hasta muy cerca de su rostro. Esta ascensión desordenó las envolturas del hombre velado, quedando su rostro al descubierto.
Los tonos bajos son producidos por un instrumento de la invencion de los indígenas, especie de zampoña á flauta pastoril, de una ó dos varas de largo y hecha de hojas de palma, ligadas unas á otras, formando trece tubos de diferente tamaño y grosor: nueve de estos tubos están puestos sobre una línea para las notas enteras, y cuatro sobre otra para los medios tonos.
Hasta el recinto de su camarín, hasta el cerco de su lecho. ¡Oh, Híala, me inspiras compasión! Resolución de mujer, es palma contra el siroco; se dobla, y finge que cede; pero al fin cumple siempre el gusto suyo y triunfa de la fuerza.
Cuán poco valió la treta lo demuestra no haber finado 1898 sin que vieran la luz pública composiciones de los más altos metrificadores tagalos, Cecilio Apóstol, Fernando M.ª Guerrero y José Palma, seguramente florecidas en aquellos retirados cenáculos donde se hacía literatura y revolución. ¿Están todos los que son y son todos los que están? Creemos sinceramente que sí.
Entonces las dos esclavas vuelven á sus aposentos si él se recoge en su harem, ó permanecen con él si se lo manda, y Zaryab se entrega á la deliciosa vision de las fantásticas imágenes que la poesía, la música, el amor y las libaciones de vino de palma y aromático Sahbá van produciendo en su exaltado cerebro hasta hundirse completamente en la nada del sueño.
La palma, la bonga, y la variedad de cocos con sus frondosos penachos, que al acariciarlos el viento cimbrean sus esbeltos y elevados troncos; la rima, el cajel, el naranjo y el limonero, con su exuberante vegetación, sus múltiples y verdes hojas, y sus olorosas emanaciones de azahar y nardo; el poético limoncito de China con sus abundantes frutos; el corpulento ifil, el tortuoso abgao verdadero sáuce de la India, el agoho, con sus pequeñas piñas armadas de afiladas púas, el productivo daog ó palo maría, el goya, la guayava y el ate, entrelazan sus hojas, sus frutos, sus flores, y su potente vida, con las olorosas y variadas enredaderas, con los intrincados laberintos de bacauam, con los desiguales y trepadores tallos de la silvestre pámpana, y con las esbeltas y flexibles ramas del jazmín blanco.
El tejedor había conocido el contacto del dinero penosamente ganado, aun antes de que la palma de su mano se hubiera desarrollado por completo. Durante años, el dinero misterioso había sido para él un símbolo de los bienes terrenales y el objeto inmediato del trabajo. Marner parecía estimarlo poco en los días en que cada penique tenía para él su destino; porque ese destino, lo amaba entonces.
No, no me acaloro-exclamó ella, respirando fuerte y pasándose por la frente la palma extendida. ¡Válgame Dios! Señorita, a usted le va mal. Se le ha vuelto un color.... Estoy viendo que le da el ataque. ¿Quiere la cucharadita? No, no y no; esto no es nada: un poco de ahogo en la garganta.
Allí, cerca de una hacienda, frente por frente de una aldea salinera, entre cuyos montículos estériles yergue una pobre palma, mísera desterrada de fecundo suelo, su empolvado penacho, había un sitio que hasta en lo más crudo del invierno hacía gala de sus hierbajes verdes. Era mi sitio predilecto.
Desde allí, añade el geógrafo griego, comienzan á levantarse los Montes Marianos cargados de plata, y á mano izquierda se tiende la Campiña. A poca distancia de Peñaflor, en la márgen opuesta, se descubre la villa de Palma del Rio, que hicieron famosa en la edad media los grandes hechos de armas de sus señores los Bocanegras y los Portocarreros.
Palabra del Dia
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