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Actualizado: 19 de junio de 2025
Por fin de fines, los pícaros impuestos subsistieron y, entre gruñido y refunfuños, hubo de pagarlos todo aquel que, teniendo ley a su pescuezo, no ambicionara ponerlo en relaciones íntimas con el verdugo.
Esteven, de una palmada nerviosa, se echó el gorro sobre la nariz. ¿Qué hacer? pagarlos, después de dar al chico una buena felpa y mandarlo a un pontón por seis meses.
Es admirable; yo tengo un inmenso placer al pagarlos este merecido y justo tributo de gratitud hácia su señalado amor á todo lo que es español. Ellos, con sus poderosos medios de comunicacion, con su pujante vida de movimiento literario, ponen en circulacion universal nuestras obras, y nos hacen leer en todas partes.
Un buen rato pasó escogiendo y apartando medias y puntillas que le habían mandado de una tienda, púsose luego unos zapatos nuevos para convencerse de que le hacían bonito pie, antes de pagarlos, y por último se probó un cubrecorsé y una bata, permaneciendo en adoración de sí misma ante el armario de luna, complaciéndose, más que en los primores de las galas, en su gallarda figura, de madrileña esbelta y en su gentil cabeza de mujer dominadora y altiva.
Los lujos y prodigalidades de la familia tenía que pagarlos él, ¡él, que en su casa había ocupado un lugar intermedio entre los criados y sus hermanos! No daría un céntimo; que se arreglase su madre como pudiera. Nada le debía, pues le entregaba íntegro el salario de la tienda, satisfaciendo con creces sus gastos.
Entre el mayor placer y gusto por la boda, sucedió un alboroto y pendencia entre Catalanes y Genoveses, que casi fué batalla muy sangrienta, nacida como muchas veces acontece de pequeña causa, y aunque Pachimerio dice, que fué sobre la cobranza de los veinte mil ducados que prestaron á Roger en Sicilia, y que por sosegarlos ofreció el Emperador de pagarlos, pero la más cierta ocasion de la pendencia fué, que un Almugavar discurriendo por la ciudad dió ocasion á dos Genoveses, viéndole solo, que se burlasen con mucha risa de su traje, y figura; pero el ánimo militar del Almugavar mal sufrido en los donaires y motes cortesanos, mas osado de manos que de lengua, les acometió con la espada, y travó la pendencia.
En otras ocasiones, pedía el marqués, corriendo, mil duritos para salir de un apuro. «Tómalos de un comerciante de Málaga escribía a D. Acisclo , prometiendo pagarlos en aceite dentro de dos meses, que será la cosecha».
Sí, pues; para pagarlos estaba el padre, que tenía, debajo de la cama, una mina destinada al uso personal y exclusivo del hijo calavera... Bueno, esta vez sería la última; pero como no podía permitir que anduviera de vago ni que volviera a la Bolsa, acababa de conseguir del doctor Eneene un empleo en el Ministerio y un buen sueldo.
Como quiera que ello sea, no nos atrevemos a creer que Goethe, aunque no por medios tan sanguinarios, se complaciese en causar dolores, en excitar sentimientos tiernos y fervorosos y en pagarlos mal luego, en atormentar a algunas mujeres sencillas y enamoradas, y en otras lindezas del mismo orden, a fin de estudiar bien en la naturaleza los infortunios, las angustias, la desesperación y hasta la muerte por corazón destrozado, que luego había de describir en sus más simpáticas heroínas.
Por lo que me atañe, sobrellevaré tranquilamente el dolor de su pérdida; conozco eso, sí; ya he puesto a una en la tumba, y continuaré amontonando y economizando dinero, como ya lo he hecho durante tanto tiempo, y eso en medio de los más profundos pesares; porque los intereses, ¿sabes? no se preocupan de lo que tiene uno dentro de la cabeza, ni de si la tristeza y la desesperación le adormecen a uno la mano; hay que pagarlos.
Palabra del Dia
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