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Actualizado: 6 de junio de 2025
Su esperanza dijo es la misma de los hombres, que siempre aguardan un buen negocio el día siguiente. Y así se les pasan los años; y como están solas, para alegrarse un poco se entregan a la morfina, a la cocaína, al opio, al éter. Ignoraba la policía tales vicios. Como las gentes del país no gustaban de ellos, no constituían un peligro nacional. Eso era para las gringas nada más.
Bajo este aspecto, la analogía del agárico con el opio es notable, pues se eleva hasta los efectos de entorpecimiento y asténicos que tanto abundan en otros.
Pero poco a poco el arte os devuelve a vuestra tranquilidad, a vuestra descuidada existencia; un aplauso os sirve de opio, el puro amor del canto os embelesa y saca de la miserable vida real.... Y el último de vosotros, Cornelio, que no tiene más que un traje de verano para invierno, olvida o desprecia esta miseria, y se entusiasma al gritar, lleno de inspiración artística, en su papel modesto de corista distinguido, aquello de la Lucrezia: Vivva il Madera!
Basilio que se había propuesto reducir paulatinamente la dosis ó al menos no dejarle abusar fumando más de lo acostumbrado, le encontraba, al volver del hospital ó de alguna visita, durmiendo el pesado sueño del opio, babeando y pálido como un cadáver.
El espectáculo de un nuevo mundo, de pueblos nuevos, de nuevas costumbres, y mas que todo, esas fuentes inagotables de riquezas, que brotaban por todas partes con mas prontitud que el mismo deseo de poseerlas, mantenian á los hombres en una dulce y perpetua extasis. Sin tomar el opio como los musulmanes, probaban las mismas sensaciones, y les costaba trabajo arrancarse de ellas.
Acaso bebía un poco o se entregaba al opio; lo cierto es que sus extravagancias se hicieron muy frecuentes.
Sólo quedó un viejo bebedor de opio, tumbado en un rincón como un fardo. Fuera se veía la multitud que vociferaba. Interpelé entonces a Sa-Tó, que casi se desmayaba, apoyado en la pared; nosotros estábamos sin armas, los dos cosacos solos, no podían rechazar el asalto.
Un olor á opio que se escapaba del vecino aposento, hacía pesada la atmósfera y le daba sueño, pero el joven se resistía mojándose de tiempo en tiempo las sienes y los ojos, dispuesto á no dormir hasta concluir con el volumen. Era un tomo de la Medicina Legal y Toxicología del Dr. Mata, obra que le habían prestado y debía devolver al dueño cuanto antes.
Un oscuro vapor de opio y de rocío se exhala de su halo de oro, y dulcemente, filtrando por la cumbre tranquila de la montaña, resbala perezosa y armoniosamente por el valle universal. El romero se adormece sobre la tumba, el lis se inclina hacia la onda. Envolviéndose en la bruma se hunde en el reposo.
Las impresiones morales violentas en fin, como la cólera y el espanto, entran en su esfera de accion, porque siendo su efecto el de operar una concentracion sobre el cerebro ó el corazón, el alma se reacciona por un movimiento de indignacion, de venganza ó de valerosa resistencia. A falta de esta resistencia, el opio reclama la curacion.
Palabra del Dia
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