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Actualizado: 23 de junio de 2025


ESPIN. ¿Quién puede ser? NARV. Oíd, que llegan aquí. Salen MENDOZA y NU

Dijo con tal soltura y con tal aplomo estas palabras Cristóbal Cuero, que Montiño se desconcertó, dudó, vaciló y empezó á ver las cosas de distinto color. ¿Pero para qué se daban esos hechizos á su majestad? Oíd, señor Francisco: la mujer que tales hechizos toma, se vuelve lo más obediente del mundo para su marido.

Oíd el relato, hecho a tajos, de esa odisea milagrosa.

21 Oíd ahora esto, pueblo loco y sin corazón, que tienen ojos y no ven, que tienen oídos y no oyen. 22 ¿A no [me] temeréis? Dice el SE

Si pudiera resentirme con vos por algo, lo haría por ese pensamiento, ¡oh, , lo habéis tenido! el pensamiento de que yo os querría todo para , que os pediría abandonarais vuestra carrera. ¡No, nunca, jamás! oíd bien, jamás os pediré una cosa semejante... Una joven amiga mía hizo eso al casarse; pero hizo mal... os amo tal como sois, y porque vivís de otra manera y mejor que todos los que me deseaban por esposa, yo os deseo por marido.

Procuro, que si miran por el ojo de la cerradura de la otra puerta no vean luz bajo ésta. Es necesario que me crean dormido; necesitan pasar por delante de mi aposento y me temen. Pero se acercan. Callad y oíd.

30 Y , hijo de hombre, los hijos de tu pueblo se mofan de ti junto a las paredes y a las puertas de las casas, y habla el uno con el otro, cada uno con su hermano, diciendo: Venid ahora, y oíd qué Palabra sale del SE

Pues oíd si el demonio ensayara otra tal hazaña." Santiguándose los que lo oían, decían: "¡Mira quién pensara de un muchacho tan pequeño tal ruindad!" Y reían mucho el artificio y decíanle: "Castigaldo, castigaldo, que de Dios lo habréis." Y él con aquello nunca otra cosa hacía.

29 ¿Si entenderá también los extendimientos de las nubes, y los bramidos de su tienda? 30 He aquí que sobre él sobre extiende su luz, y cubrió las raíces del mar. 31 Con ellas castiga a los pueblos, y da comida a la multitud. 1 A esto también se espanta mi corazón, y salta de su lugar. 2 Oíd atentamente su voz terrible, y la palabra que sale de su boca.

En esa triste y yerma sepultura Entonad los cantares de la gloria, Ensalzad el martirio y la bravura Y volad en seguida á la victoria A recoger laureles inmortales, Cantando con denuedo: «Oid mortales

Palabra del Dia

vorsado

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