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Actualizado: 6 de junio de 2025
Yo aludía al beso profano; mas, como si hubieran sido mis palabras una evocación, se ofreció en mi mente la visión apocalíptica en toda su terrible majestad. Vi al que es por cierto el primero y el último, y con la espada de dos filos que salía de su boca me hería en el alma, llena de maldades, de vicios y de pecados.
En cuanto a las verdaderas cantidades escondidas, el general La Madrid ha sospechado después que la aserción de Quiroga fuese exacta, por cuanto habiendo caído prisionero el descubridor, ofreció 10.000 pesos por su libertad, y no habiéndola obtenido, se quitó la vida degollándose. Estos acontecimientos son demasiado ilustrativos para que me excuse de referirlos.
Levantose D. Francisco y estrechó entre sus dos manos la de Teodoro, tan parecida a la zarpa de un león. En este clima la operación puede hacerse en los primeros días de Octubre dijo Golfín . Mañana fijaremos el tratamiento a que debe sujetarse el paciente.... Y nos vamos, que se siente fresco en estas alturas. Penáguilas ofreció a sus amigos casa y cena, mas no quisieron estos aceptar.
Paz no desplegó los labios y, sin embargo, a los ojos de Pepe se asomó toda la dicha de su alma. La señorita, la muchacha rica, escuchó aquello sin el menor movimiento de enfado, presa de una turbación deliciosa: él, entonces, la ofreció la mano y ella la estrechó rápidamente entre las suyas, sintiendo al mismo tiempo que se la enrojecía el rostro.
Felipe IV no encomendó sólo a Velázquez la ejecución de su pensamiento, sino que llamando varios artistas a modo de concurso, ofreció una recompensa a quien mejor lo interpretara.
Se le ofreció un destino en un pueblo de la provincia, a tres leguas de la capital, un destino humilde, pero mejor que la administración del periódico mejicano. Bonifacio aceptó, se volvió a su tierra; quiso saber a quién debía tal favor y se le condujo a presencia de un primo de Emma, rival algún día de Reyes. A la semana siguiente Emma y Bonifacio se vieron, y a los tres meses se casaron.
Luego luego nos dió cuantos preciosos informes podian importarnos acerca de Francfort, con explicaciones muy interesantes, y nos ofreció mil pequeños servicios. Al salir del tren, se apresuró á conducirnos al mejor hotel y recomendarnos muy particularmente á la consideracion del hostelero y sus sirvientes, y luego nos pidió permiso para volver despues de algunas horas á visitarnos.
Se alejaron con marcada indecisión, volviendo repetidas veces el rostro para examinarle una vez más. A los pocos minutos regresó uno de ellos, el más viejo, aproximándose con timidez á la mesa. ¿Es usted, y perdone, el capitán Ferragut?... Hizo esta pregunta en valenciano, al mismo tiempo que se llevaba la diestra á su gorra para quitársela. Ulises detuvo el saludo y le ofreció una silla.
Pero ni las dificultades ni la falta de medios pecuniarios arredraron á este animoso prelado, y así manifestó desde luego al cabildo su deseo de acabar la obra. En cuanto á medios, ofreció el obispo dos mil ducados en el acto, y otros dos mil cada año, con otros arbitrios que procuraria aplicar de otras fábricas.
Diez días estuvo en esta villa, donde ninguna dificultad de importancia le ofreció la toma de posesión del caudal heredado. Este ascendía a unos treinta mil duros entre inmuebles y dinero dado a rédito sobre fincas; y descontadas las mandas y los derechos de traslación de dominio, quedaban unos veintisiete mil duros. Cada hermano cobraría nueve mil.
Palabra del Dia
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