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Lo peor era que no podía enfadarse sin ponerse en ridículo. No se puede provocar a un caballero para obligarle a que nos invite. Había que tascar el freno en silencio mientras el hábil diplomático ocupaba al lado de Eva el sitio reconquistado.

No obstante la falta de una de sus torres, que jamas ha sido comenzada, esa catedral tiene el poder de clavar al espectador delante de ella y obligarle á que la contemple con asombro, admiracion y recogimiento, como una de las obras mas atrevidas del genio humano, en arquitectura.

Sus chistes no tendían a herir a las personas, sino a alegrar el concurso y obligarle a admirar lo fácil, lo vivo y lo sutil de su ingenio. Todo lo más que se autorizaba era apoderarse de las ridiculeces de algún amigo ausente y formar sobre ellas una frase graciosa; pero nunca o casi nunca a costa de la honra. Estas cualidades le habían hecho el ídolo de las tertulias.

La explicación de Sorege era ciertamente aceptable y hasta verosímil, pero aquel relato, para un espíritu tan prevenido como el de Cristián, adolecía de exceso de habilidad, estaba demasiado bien compuesto y establecido y revelaba la preocupación de engañar. Tragomer quiso llevar hasta el último extremo á aquel admirable actor y obligarle á mostrar todos tus recursos.

La planchadora se complacía en tenerle horas enteras abanicándola mientras trabajaba, en obligarle a dar lustre a sus zapatos y en general en proporcionarle todos los oficios de un consumado negrito. Pero él los desempeñaba con gusto; después de todo, era el favorito y nadie le disputaba este título.

Así que el hombre ha de gobernarse por la razon, y esta es la que en las Ciencias humanas ha de obligarle al asenso. Y es bien cierto, que los referidos Autores no siguieron en muchas cosas á los pasados, y el mismo derecho tenemos nosotros, y la misma libertad para seguirlos, ó para no creerlos.

Y con palabras cada vez más fuertes estrechaba a Luis, pretendiendo obligarle a que aceptase su solución. El señorito se defendía con la angustia del que se ve acorralado. Te ofuscas, Fermín decía. Yo veo más claro que ... Y para salir del paso, pretendía dejar la conversación para el día siguiente.

Así es que, accediendo con gusto a su petición, le dijo después, para obligarle más: Una sola cosa debo añadir a usted, por remate de nuestra conversación; y es que el Gobierno, gracias al concurso de hombres tan importantes como usted, está asegurado para mucho tiempo, y que mientras viva, ese papel ha de merecerle una protección decidida.

Si le digo a usted, tía, que los pobres no debieran tener hijos; que a uno nadie tiene el derecho de traerle, así, a la fuerza, a compartir las miserias de la vida. ¿Acaso, a la edad de ser padres, no han echado de ver todavía que esto no vale un centavo? y si no hay nada que ofrecer al que ha de venir, ¿por qué obligarle a salir de dónde está sin sentir pena ni gloria?

Hacia las dos, la sobrexcitación de Mauricio era tan aguda, que hablaba de marcharse á París, subir á casa de Bobart y cogerle por la garganta para obligarle á revelar los secretos de la señorita Guichard y decir dónde ocultaba á Herminia.