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Actualizado: 26 de noviembre de 2025
Juan quería a Pedro, como los espíritus fuertes quieren a los débiles, y como, a modo de nota de color o de grano de locura, quiere, cual forma suavísima del pecado, la gente que no es ligera a la que lo es. Los hombres austeros tienen en la compañía momentánea de esos pisaverdes alocados el mismo género de placer que las damas de familia que asisten de tapadillo a un baile de máscaras.
Mas en los grupos se nota cierto movimiento, cierta espectacion, é Isagani se interrumpe y palidece. Un coche se ha detenido junto á la puerta: la pareja de caballos blancos es bien conocida. Es el coche de la Paulita Gomez y ella ha saltado ya en tierra, ligera como un ave, sin dar tiempo á que los pícaros le vieran el pié.
No era obra histórica, ni biográfica, la que se trazaba y proyectaba, sino cuadro de costumbres y pintura al vivo o retrato fiel de lo que hoy se nota en cada provincia en los usos, cultura, ideas, y demás prendas, condiciones y actos de las mujeres.
El padre vicario nota que Pepita sueña con la madre ideal y con el hijo ideal, inmaculados ambos, al rezar a la Virgen Santísima, y al cuidar a su lindo niño Jesús de talla. Aseguro a Vd. que no sé qué pensar de todas estas extrañezas. ¡Conozco tan poco lo que son las mujeres!
Un ruido que se oye detrás de la escena, ahuyenta á las dos sombras: llega Filipo, el padre de Eugenia; nota que su hija tiene un libro cristiano ante los ojos, y se llena de cólera, porque es celoso perseguidor de la nueva secta.
Dice así: «La imitación de Molière de la obra maestra de Moreto, cuando se compara con el original, nos parece soberanamente fría. ¡Qué animación en Moreto! ¡Qué tierno contraste entre el orgullo, que desde la niñez reina en el corazón de Diana, y su amor incipiente! ¡Qué interés, siempre más vivo, en todo el argumento de su obra! Nada de esto se nota en la de Molière.
»Yo no me decidía a hacerlo; pero el doctor me indicó con una seña que accediese a su súplica y entonces obedecí. »Pero, ¡ay! esta vez no se levantó mi pobre Magdalena para venir hacia mí sostenida por el mágico poder de esa sugestiva melodía. Casi no logró incorporarse en el lecho, y al extinguirse la última nota lanzó un suspiro y con los ojos cerrados se desplomó sobre la almohada.
El mismo don Fernando afirma que su padre, así como fue ascendiendo en fama, tuvo empeño en «que fuese menos conocido y cierto su origen y su patria»... Reconoce que el Almirante era genovés, porque así lo afirmaba él; pero se nota en sus palabras cierto misterio.
El Arcediano, en la escalera del púlpito esperaba con los brazos cruzados sobre la panza; cerca de él y haciendo guardia estaban dos acólitos con los ciriales; uno era Celedonio. «¡Secuentia Sancti Evangelii secundum Lucaaam!»... cantó Ripamilán, muerto de sueño y aprovechándose del canto llano para bostezar en la última nota.
Marrac.=Prodrom. ad refut. Alcor. part. IV, cap. Extractos de un curioso M. S. propio del Sr. D. Pascual Gayangos. M. S. citado en la nota antecedente. Refiere esta anécdota Gelaleddin, citado por Savary en la nota 2 al cap. LXII del Koran. M. S. citado del Sr. Gayangos. Ebnol-Athir, citado por Marrac. Refut. al Kor. Prodrom. part. IV, cap. Algazel, cit. por el mismo, ibíd.
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