Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 12 de mayo de 2025


CLEOPATRA. Pero el sitio no es nada bonito. CLEOPATRA. Claro, montañas, hondonadas... En suma, una cosa estúpida. Esta piedra tan grande, por ejemplo, ¿qué hace aquí? ¡Quitadla! CLEOPATRA. ¡Y luego esos árboles! No, esto es muy feo. Me ahogo aquí. Vos mismo estáis avergonzado, no podéis negarlo. Pero me parece que debo daros una respuesta. ESCIPIÓN. ¿Una respuesta?

Y ahora ante los hechos palpables, evidentes, ¿qué tenéis que decir?». «Otra vez... pero hijo...» chilló doña Lupe, saliendo al recibimiento. Usted, tía, se empeñará en negarlo ahora... pero esta no lo niega.

Ella, sin embargo, negaba a cada uno de sus amantes todas sus relaciones anteriores, menos las de Mesía. Eran su orgullo. Aquel hombre la había fascinado, ¿para qué negarlo? Pero sólo él. Era viuda y jamás recordaba al difunto; parecía la viuda de Alvarito; «¡era su único pasado!». Aquella tarde estaban guapas las dos; era preciso confesarlo. Por lo menos Paco Vegallana lo confesaba ingenuamente.

Rigurosamente cierto: Voltaire hizo lo que todos; lo que aquel filósofo positivista que al terminar una conferencia negando la existencia del alma, anunció la próxima, diciendo a su auditorio: «el sábado, si Dios quiere, demostraré que no hay Dios». Por lo visto, eres todo un creyente dijo Ricardo. Yo , ché; ¿para qué negarlo?

Yo no sirvo para estas cosas clamó Salomé volviendo el rostro. No puedo, no puedo oír esto. ¿Que usted no ha permitido...? ¿Todavía tiene atrevimiento para negarlo? Yo ... yo no niego contestó la huérfana muy consternada. Pero yo, ¿qué culpa tengo de que ese hombre...? ¿También le quiere usted disculpar á él? Esto nos faltaba que ver.

En aquel tiempo los jóvenes se abrían paso fácilmente entre la multitud decrépita; aquellos que, con todo el vigor de la fe y toda la fuerza de la edad primera, emprendían la propagación de las nuevas ideas, se imponía infaliblemente, adquiriendo una alta y envidiada posición social. El se creía superior, ¿á qué negarlo?

No tenía usted nada cuando nos casamos, general continuó la señora de Saint-Cast ¿espero que no tratará de negarlo? Usted lo ha dicho ya murmuró el general.

Fui por la tarde a dar las gracias a Genoveva por su amable envío, y mi amiga se arrojó a mis brazos para felicitarme por mi buena suerte, mientras su madre me preguntaba con interés si estaba satisfecha. No pude negarlo, puesto que a mi satisfacción de los primeros momentos se unía otro sentimiento muy comprensible, que era éste; el señor Baltet empezaba a pertenecerme por derecho de conquista.

¡Pero se esconde usted para salir! ¿Que yo?... , usted... Ayer tarde salió usted del parque por una puertecilla... ¡Atrévase a negarlo! Ahora comprendo... Estas últimas indicaciones recordaron a Delaberge el incidente que otros hechos más graves le habían hecho olvidar; recordó la huida de aquel hombre desconocido a través de los campos y que de tal modo se parecía a Simón.

Firmemente convencida Dionisia de haber estrechado en sus brazos á su amante la noche de la entrevista, se maravilla sobremanera de que aquél se haga el desentendido, y cree que se propone negarlo; su pasión se acrecienta más y más, reconviene amargamente al Conde por su conducta, y lo obliga, no comprendiendo lo que sucede, á abandonar la corte para siempre y ausentarse á un país lejano.

Palabra del Dia

bagani

Otros Mirando