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Actualizado: 13 de junio de 2025
El clima de esta isla es bastante templado; pues á más del mar que la rodea dulcifican también los ardores del sol los muchos montes que en ella se encuentran, sin embargo que ocurren muchas tempestades y que la combaten los vientos del NE. contra los que no tiene ningún abrigo.
2.ª Si los vientos con que salga del Rio Negro fueren bonancibles, y en el término arriba expresado viere que no puede alcanzar á Punta Rubia, deberá mantenerse inmediato á Punta Rasa á la vela, ó dado fondo, contando con 14 horas que tiene precisamente que estar afuera: pues corriendo la costa desde esta punta basta la Rubia N S de la aguja, y desde ella para el Rio Negro NE SO asimismo de la aguja, si le entra algun tiempo, nunca le puede ser enteramente travesía, pues el mas travieso lo deja navegar en 10 cuartas, y así se halla, estando en esto paraje, en términos de seguir su viage, ó retroceder al Rio Negro, San José ó San Antonio
Las noticias de los vientos dominantes se refieren al Archipiélago en general, por no haberse hecho observaciones especiales en Mindanao. Las corrientes que se observan son dos. Una con dirección NE., y la otra al SE. con una velocidad media anual de 3,1.
Es un pequeño, limpio y abrigado puerto, que se extiende unas 2 1/2 millas de NE. á SO., con un ancho máximo en la mitad de su longitud de una milla.
Al levantarse de la mesa, llegáron á la misma posada quatro Altezas Serenísimas que tambien habian perdido sus estados por los acasos de la guerra, y venian á pasar lo restante del carnaval á Venecia; pero ne se informó siquiera Candido de las aventuras de los recien-venidos, no pensando en mas que en ir á buscar á su amada Cunegunda á Constantinopla. Del viage de Candido á Constantinopla.
Pues el efecto producido en las tres damas por la respuesta de Clara fué enteramente igual al que producen los apostrofes de un predicador endemoniado en el tímido y dueñuesco auditorio de un novenario. ¡Qué horror! exclamó Paz juntando las manos. ¡Jesús! ¡Jesús! dijo Salomé tapándose los oídos. Et ne nos inducas profirió la devota alzando los ojos al cielo. Hubo un momento de confusión.
Quejeme amorosamente á mi Señor Jesucristo y á su Santísima Madre, diciendo: » Bien conozco, Señor, que mis pecados merecen esto y mucho más; pero, mirad, Señor, por vuestra gloria; no digan los infieles que los cristianos tienen un Dios que no tiene entrañas de compasión con aquellos que le adoran: Ne dicat gentes ¿ubi est Deus eorum?
Yo, a su lado, en la actitud legendaria de un infante de Lara, desesperado por la fatalidad, me retorcía lúgubremente el bigote. Y la dulce criatura, entre dos gemidos del teclado, de una sonata penetrante, cantó volviendo hacia mí sus ojos brillantes y húmedos: «L'oiseau s'envole, La'bas, la'bas!... L'oiseau s'envole... Ne revient pas...» El ave ha de volver al nido! musité yo enternecido.
Doña Luz andaba estudiando y comparando cómo aquellos dos autores habían puesto en acción dramática la misma sentencia: No hay burlas con el amor y On ne badine pas avec l'amour. No la impulsaba a este estudio la mera afición especulativa a la crítica literaria, sino un caso práctico, que hacía poco más de dos meses que se había presentado y que le interesaba bastante.
Desde este punto se demarcó el paso del Arroyo Pavon al E 12° NE, distante 15 leguas; cuya demarcacion es la que vale, por no haberse verificado el rumbo de la estancia de Francisco Antonio; y así desde Pavon deshice el rumbo corregido de O 12° SO, distancia 15 leguas. La posta se halla al S del camino, y tiene varios ranchos buenos, con su huerta de fruta y hortaliza.
Palabra del Dia
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