Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 23 de julio de 2025


El joven militar era sin duda poco amante del silencio, y de carácter alegre y comunicativo, porque por el camino comenzó á hablar con singular volubilidad, pareciendo que el obstinado mutismo del viejo estimulaba más su prolija locuacidad.

Pero estas ilusiones de orador se desplomaban de pronto, y su amigo le sorprendió llorando más de una vez. ¡Un hijo único, y podía perderlo!... El mutismo de Chichí le inspiraba aún mayor conmiseración. No lloraba: su dolor era sin lágrimas, sin desmayos.

Pampa hacía sonar, con fruición, en el bolsillo de su vestido de lana nuevo, los centavos que le diera el patrón para la rifa, cuando alguien la llamó. ¡Pampa! que tienes que lavar las medias del niño, y traer azúcar del almacén y limpiar el espejo de la sala, que está perdido de moscas. Y vuelta al trajín, sin una queja, encerrada en su mutismo de salvaje, no desbastada aún.

Cuando en la noche le hizo saber su camarada el viaje de los gobernantes con todo el misterio de una noticia que aún no era pública, se limitó á contestar, después de reflexivo mutismo: Hacen bien... Yo saldré igualmente mañana si puedo. ¿Para qué permanecer en París? Su familia estaba ausente. Su padre según las averiguaciones de Argensola también se había ido, sin decir adónde.

Aresti veía ahora en sentido inverso y desde la orilla opuesta el paisaje que había admirado por la mañana en el tren. Al pasar el carruaje por Olaveaga, los tres hombres rompieron su mutismo, animándose con repentina alegría. Aquella era su patria: allí habían nacido los tres.

Tiene el semblante comunicativo y simpático, la mandíbula fuerte, el mentón cuadrado; este rasgo y la expresión cavilosa del frontal, traducen bien su carácter tenaz, reservado, impenetrable tras el mutismo de las cavilaciones. «Soy dice, como una casa cuyas ventanas tuviesen las cortinas corridas».

El señor Esteban asistía silencioso y de pie a este club vespertino, que traía recelosos a los de la Milicia Nacional de Toledo. Terminó la guerra y se desvanecieron las últimas ilusiones del jardinero. Cayó en un mutismo de desesperado: no quería saber nada de fuera de la catedral. Dios había abandonado a los buenos; los traidores y los malos eran los más.

Opuso un mutismo desesperado á las preguntas de Esteban, y al fin exclamó: ¡Tu padre nos abandona!... ¡Tu padre se ha olvidado de nosotros!... Y salió del comedor para ocultar las lágrimas que habían afluído á sus párpados. El muchacho durmió algo intranquilo, pero durmió.

Muchos de los que estaban de pie en las aceras les imitaron, creyendo vengarse así de su pobreza, que les había obligado a permanecer toda una tarde fuera de la plaza con la esperanza de ver algo. La noticia del fracaso de Gallardo había circulado entre ellos, y le insultaban, contentos de humillar a un hombre que ganaba enormes riquezas. Esta protesta sacó al espada de su resignado mutismo.

¿Qué? decía éste levantando los medio caídos párpados. Que te suena la cabeza. Perico abría los ojos desmesuradamente sin comprender. ; ya rato que la estoy oyendo sonar: hace glu, glu, como las ollas cuando hierben... ¡Qué tonterías tienes, Miguel! Te digo que , que te está sonando. ¡Milagro que no la oyes! Perico, entendiendo al fin la broma, se encerraba de nuevo en su mutismo.

Palabra del Dia

malignas

Otros Mirando