United States or French Guiana ? Vote for the TOP Country of the Week !


¿Pero a usted qué le importa?... Deje al Sr. de Ponte Delgado que me ponga los motes que quiera.

Cuando la cena estuvo pronta, condujo éste a los huéspedes a un salón tan grande como la cocina, pero no tan amueblado. Allí estaba preparada la mesa. Era alta, de tijera, y supongo que tallada, porque lo estaban, hasta con escudos y motes, los dos bancos de respaldo a ella adjuntos.

Eran maestros de todo, Inventores de los trajes, De las galas, de los motes, Y de otras ilustres partes. No sirvió dama ninguno Que su favor no alcanzase, Ni dama llamarse pudo Sin galán abencerraje. Pero la envidia y fortuna, Una vil y otra mudable, Los derribaron al suelo: Que siempre los altos caen.

De éstos, unos eran referentes a personas y otros a cosas; unos, al modo de dictámenes; otros, al de motes y semblanzas; los había cruelmente ingeniosos, y los había también indecentes. Se atribuye gran parte de los primeros; pero rechaza hasta con asco la propiedad de los segundos.

Don Jaime dijo que aquel chico «era de la piel del diablo y había que apretarle un poco los tornillosEl cura, aficionado a los motes, le puso por sobrenombre Bullita, y por él se le conoció mucho tiempo en el colegio.

Conque se dispusieron convenientemente dos o tres veladores lo más lejos que se pudo de los reverberos del billar que apestaban a petróleo; se pidió perdón a Nieves porque no olieran a cosa mejor, y se sentaron todos «en dulce amor y compaña», devorando a Nieves con los ojos los dos abogadillos; no sabiendo Leto Pérez dónde fijar los suyos con entera seguridad de no ser aludido por nadie, para evitarse la angustia de hablar delante de tan señalados huéspedes, y muy arrepentido el fiscal de haber puesto motes a aquel señor que, aunque tuerto, le parecía una excelente persona y era padre de la chica más guapa que había visto él de cerca en todos los días de su vida.

El bizarro y extraño nombre de Socarrao me admiraba algo, y de ello se apercibió el pescador. Son motes, caballero; apodos que aquí tenemos lo mismo los hombres que las barcas. Es inútil que el cura gaste sus latines con nosotros; aquí, quien bautiza de veras, es la gente.