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Actualizado: 11 de mayo de 2025


El otro era más joven, de color pálido tirando a aceitunado, el pelo y cejas de grandísima negrura, la nariz afilada el bigote corto y espeso, modelado por la navaja de una manera singular con arreglo a la moda más ridícula que puede imaginarse, la cual consistía en trazar dos líneas rectas desde las ventanillas de la nariz a los extremos de la boca, dibujando así un pequeño mostacho rigurosamente triangular que llevó el nombre de bigotillo de moco.

Las membranas mucosas abundan en moco, la piel en sudores, pero con alternativa á intérvalos, de ardor y sequedad; cuando esto último existe, que es lo mas frecuente, las orinas suplen á las demás evacuaciones, ó bien se forman colecciones serosas, edemas, y á veces una hinchazon general blanda y blanca del tejido subcutáneo.

La más triste cosa del mundo era para la madre aquel pavo con patas de alambre clavadas en tablilla de barro, y que en sus frecuentes cambios de postura había perdido el pico y el moco. Pero si era aflictiva la situación de espíritu de la madre, éralo mucho más la del padre. Aquélla estaba traspasada de dolor; en éste, el dolor se agravaba con un remordimiento agudísimo.

Pero en fin, allá te la Dios, y si pescas el turrón, hijo, buen provecho, y escribe en llegando, y no parezcas más por aquí, egoistón, tragaldabas... Pues digo, el otro, el Juanito Pablo, desde que tiene empleo no pone los pies en casa. ¡Si comparado con sus hermanos, Maximiliano es un ángel de Dios y un talentazo...! Voy a lo que me decía Nicolás esta mañana... Que D. Evaristo es un cristiano rancio, y que cuando le administraron, recibió al Señor con una edificación y una santidad tan grandes, que todos los concurrentes al acto lloraban a moco y baba.

La más triste cosa del mundo era para la madre aquel pavo con patas de alambre clavadas en tablilla de barro, y que en sus frecuentes cambios de postura había perdido el pico y el moco. Aquélla estaba traspasada de dolor; en éste, el dolor se agravaba con un remordimiento agudísimo.

Pero a los que tienen tales lugares les succede lo q. a los predicadores, q. los conoscen muchos, y ellos no a tantos. A la Señora conozco, q. es de las q. facilm.^te aurá buscado un estudiante moço, y loco, q. no los quieren con cuidados. Dixe entonces, lo q. diré agora. Que me parescia maraña todo, o, para hallar pan en Francia, sy se venia huydo por alguna occasion, o, para intentar algo.

Y rešpondió el Centurion, y dixo, Señor, no šoy digno que entres debaxo de mi techumbre: mas šolamente di con la palabra, y mi moço šanará. Porque tambien yo šoy hombre debaxo de poteštad: y tengo debaxo de mi [poteštad] šoldados: y digo

Y reprehendiólo Iešus, y šaliò el demonio deel: y el moço fue šano dešde aquella hora. Entonces llegandoše los Dišcipulos

Yo me consideraba rebajado en él. Además, yo no creía que la bondad se caracterizase por la blandura ni por la humedad. Conocía muy bien a mis convecinos, y el que se les cayesen las lágrimas o el moco era para lo mismo que si les hubiese atacado el hipo.

Cinco verdugones rojos en la mejilla de Sabel contaban bien a las claras cómo había sido derribada la intrépida bailadora. ¡La cena he dicho! repitió brutalmente don Pedro. Sin contestar, pero no sin gemir, dirigióse la muchacha hacia el rincón donde hipaba el niño, y le tomó en brazos, apretándole mucho. El angelote seguía llorando a moco y baba.

Palabra del Dia

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